Director: Bas Devos
Actores: Cesar de Sutter, Koen de Sutter, Mira Helmer, Brent Minne, Fania Sorel
Guión: Bas Devos
Productores: Tomas Leyers
Montaje: Dieter Diependaele
Fotografía: Nicolas Karakatsanis
Producción: Minds Meet y Mollywood
Impresionante debut el del belga Bas Devos en el largometraje con una historia tan hermética como apasionante sobre las dificultades para conectar con el resto del mundo durante la juventud, una época sin duda complicada y tortuosa en muchas ocasiones.
Violet comienza dejándonos claro cual va a ser nuestro papel, el de simples espectadores, casi voyeurs que van a ver toda la acción desde fuera sin posibilidad de implicarse emocionalmente, así en las escenas iniciales a través de unas cámaras de seguridad asistimos al asesinato de un joven en un centro comercial, sin ser capaces de hacer nada para evitarlo, al igual que su amigo Jesse que se queda aterrorizado al ver todo lo que sucede.
A partir de aquí el director belga nos introduce en la mente de Jesse, joven extremadamente tímido y sensible incapaz de abordar la situación y cuya única respuesta ante lo sucedido es el silencio y la intromisión, las escenas se convierten en secas, rudas, muy ásperas para el espectador que observa la inmensa tristeza del protagonista y su incapacidad para expresarlo. Los continuos planos generales, sin tomar partido por ninguna acción ni personaje sitúan al director no como narrador si no como simple observador de lo que está ocurriendo, sin juzgar ni interpretar, no se trata de saber que pasó, o si el joven pudo hacer algo por evitarlo, solamente observar como responde ante su sensación de perdida y de soledad.
Especialmente bella y significativa es la escena del concierto en la que una multitud rodea a Jesse bailando, divirtiéndose y él pese a estar fisicamente allí se encuentra mentalmente en otra parte, incapaz de conectar con el mundo que le rodea.
El acertadísimo aspecto en 4:3 junto a la fotografía de Nicolas Karakatsanis y la ausencia casi total de sonido ayudan aún más a la sensación de agobio y soledad, tanto como la majestuosa actuación de Cesar de Sutter tan inexpresivo en apariencia como lleno de sutiles detalles, cuya mirada y contención nos llevan de la mano en el viaje interior de Jesse.
Bas Devos compone un arriesgadísimo film que puede hastiar a más de un espectador por su aspecto excesivamente contemplativo pero a la vez riquísimo en interpretaciones y segundas lecturas, un retrato suburbano de toda una generación, incapaces de adaptarse al mundo que les ha tocado vivir.
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