Sin embargo en mi osada opinión el señor Cousins demuestra en ésta trilogía carecer por completo de ningún talento en el aspecto visual, pudiendo ser muy interesantes sus ideas para ser plasmadas en algún medio escrito ya sea algún tipo de ensayo o artículo periodístico, pero por muy interesantes que puedan parecerme sus opiniones (en algunos casos más que otros como veremos más adelante) sus gusto por los planos fijos y generales sin ningún afán narrativo más que el de que escuchemos su voz mientras contemplamos algún paisaje que considera bonito o simbólico (sin que ni siquiera esté bien encuadrado en más de una ocasión) o su aspecto de diario de viaje deja a los documentales una sensación final de audiolibro mezclado con imágenes de videoaficionado amante de National Geographic.
Here Be Dragons
Director: Mark Cousins
Guión: Mark Cousins y Thomas Logoreci
Productores: Don Boyd, Dominic Dowbekin y Genc Permeti
Montaje: Timo Langer
Fotografía: Mark Cousins
Producción: Hibrow Productions
Here Be Dragons comienza con el viaje de Cousins a Albania para vertebrarse en un relato dividido en tres ramas, por una parte el relato histórico sobre la figura del dictador comunista Enver Hoxha, por otra un retrato de la sociedad albana actual y finalmente un estudio sobre la importancia de la conservación de la cultura a propósito del lamentable estado del archivo cinematográfico de Albania.
Pese a su ya comentado aspecto de diario de viaje de cualquier turista el film comienza con una interesante visita a la capital albana deteniéndose en la Pirámide de Tirana, un lugar de indudable fuerza simbólica en el que nuestro narrador nos introduce en la historia del país y la figura del comunista Enver Hoxha, Cousins cuenta también como está invitado a un festival de cine albano por lo que puede visitar y darse cuenta del mal estado del archivo cinematográfico del país, iniciando así una reflexión sobre lo importante de mantener los testimonios culturales de la historia de cada país, lo que puede parecer en un principio un argumento interesante comienza a perderse debido al gusto de Cousins por rodar escenas de la vida cotidiana albanesa sin ningún valor narrativo para finalizar con lo que descubriremos después como marca de la casa, un plano fijo sobre un charco sobre el que el director aprovecha para derramar una diatriba política en contra de las dictaduras en la que más que pretender formarnos o informarnos se dedica a expresar sus propias opiniones sobre el tema, algo perfectamente defendible si lo hiciera de algún modo minimamente interesante. A partir de aquí el documental se pierde entre idas y venidas por los tres temas principales sin llegar a profundizar ni interesar al espectador por ninguno de ellos, quedando una sensación final de batiburrillo deshilvanado con un montaje más que mejorable.
Director: Mark Cousins
Guión: Mark Cousins y Thomas Logoreci
Productores: Don Boyd, Dominic Dowbekin y Genc Permeti
Montaje: Timo Langer
Fotografía: Mark Cousins
Producción: Hibrow Productions
Here Be Dragons comienza con el viaje de Cousins a Albania para vertebrarse en un relato dividido en tres ramas, por una parte el relato histórico sobre la figura del dictador comunista Enver Hoxha, por otra un retrato de la sociedad albana actual y finalmente un estudio sobre la importancia de la conservación de la cultura a propósito del lamentable estado del archivo cinematográfico de Albania.
Pese a su ya comentado aspecto de diario de viaje de cualquier turista el film comienza con una interesante visita a la capital albana deteniéndose en la Pirámide de Tirana, un lugar de indudable fuerza simbólica en el que nuestro narrador nos introduce en la historia del país y la figura del comunista Enver Hoxha, Cousins cuenta también como está invitado a un festival de cine albano por lo que puede visitar y darse cuenta del mal estado del archivo cinematográfico del país, iniciando así una reflexión sobre lo importante de mantener los testimonios culturales de la historia de cada país, lo que puede parecer en un principio un argumento interesante comienza a perderse debido al gusto de Cousins por rodar escenas de la vida cotidiana albanesa sin ningún valor narrativo para finalizar con lo que descubriremos después como marca de la casa, un plano fijo sobre un charco sobre el que el director aprovecha para derramar una diatriba política en contra de las dictaduras en la que más que pretender formarnos o informarnos se dedica a expresar sus propias opiniones sobre el tema, algo perfectamente defendible si lo hiciera de algún modo minimamente interesante. A partir de aquí el documental se pierde entre idas y venidas por los tres temas principales sin llegar a profundizar ni interesar al espectador por ninguno de ellos, quedando una sensación final de batiburrillo deshilvanado con un montaje más que mejorable.
6 Desires: DH Lawrence and Sardinia
Director: Mark Cousins
Actores: Jarvis Cocker (voz), Mark Cousins (voz) y Gill Moreton (voz)
Guión: Mark Cousins y Laura Marcellino
Productores: Don Boyd, Laura Marcellino, Samm Haillay y Duane Hopkins
Montaje: Timo Langer
Fotografía: Mark Cousins
Música: Aaron Kelly
Producción: Hibrow Productions
6 Desires como bien indica su sinópsis es una auténtica carta de amor de Cousins al escritor DH Lawrence, repitiendo para ello el viaje que éste realizó a Cerdeña al finalizar la primera Guerra Mundial en 1921 y tras lo que escribió el libro de viaje "Cerdeña y el mar".
Cousins decide visitar los mismos lugares que Lawrence más de 90 años después para recordar sus palabras y observar los cambios que se han producido desde entonces. A nivel visual la belleza de los paisajes sardos nos hacen olvidar la torpeza de Cousins con la cámara en los primeros minutos del film aunque no se puede obviar el aspecto de postal turística o vídeo promocional de la isla que tienen las imágenes, aunque rápidamente el documental se convertirá en un ridículo desfile de fotos frente a la cámara y planos generales como el de un rebaño de ovejas abandonando el campo mientras Cousins suelta su prosa, los fallos de Here Be Dragons se ven acentuados ya que aquí ni siquiera cuenta con un argumento interesante en la historia para mantener minimamente la atención del espectador ya que el autor irlandés olvida por momentos el objetivo inicial del film para dedicarse a una serie de reflexiones inconexas sin un rumbo claro en el que mezcla la obra de Lawrence con otros ámbitos del arte hasta lograr desconectarme del film por completo.
El mayor problema es que pese a su innegable amor por el autor británico es incapaz de hacer que su pasión traspase la pantalla y se contagie al espectador, quedando como resultado final un documental tan pretencioso y aburrido como olvidable.
Life May Be
Director: Mark Cousins y Mania Akbari
Actores: Mark Cousins y Mania Akbari
Guión: Mark Cousins y Mania Akbari
Productores: Don Boyd, Dominic Dowbekin y Alexa Pearson
Montaje: Paria Kamyab y Timo Langer
Fotografía: Mark Cousins y Mania Akbari
Producción: Hibrow Productions
Life May Be es la recreación cinematográfica del intercambio de epístolas entre Cousins y la director iraní Mania Akbari.
Dividida en cuatro cartas y un epílogo final el film es altamente irregular debido a lo desigual del intercambio, si la carta inicial contiene todos los defectos que le achaco al cine de Cousins como son la incapacidad de expresar nada con la imagen o sus aburridos discursos, la respuesta de Akbari es un auténtico oasis dentro del desierto que ha supuesto para mi la trilogía de Hibrow, la directora iraní conforma un hábil collage de fotografías e imágenes de sus viajes a lo largo del mundo para escenificar los miedos y pasiones de su interior, en un entretenido viaje a lo largo de sus recuerdos. Sin embargo si Akbari sirve como estímulo intelectual para Cousins que en los inicios de su posterior respuesta parece centrarse un poco en narrar algo coherente, éste la vulgariza ya que a mediados de dicha respuesta comienza a deambular de nuevo entre ideas que no llega a cristalizar y la contagia en la pseudo intelectualidad y pedantería de sus disgresiones, siendo la respuesta final de ésta y el epilogo una vuelta a los errores más recurrentes de Cousins aunque al menos ésta vez con cierto sentido estético.
Probablemente la colocaría en el primer lugar de mis preferencias de ésta trilogía, principalmente por la carta inicial de Akbari y sobre todo por las carencias de los otros dos documentales, más que por los méritos de éste que acaba haciéndose pesado, aburrido y larguísimo.
Dividida en cuatro cartas y un epílogo final el film es altamente irregular debido a lo desigual del intercambio, si la carta inicial contiene todos los defectos que le achaco al cine de Cousins como son la incapacidad de expresar nada con la imagen o sus aburridos discursos, la respuesta de Akbari es un auténtico oasis dentro del desierto que ha supuesto para mi la trilogía de Hibrow, la directora iraní conforma un hábil collage de fotografías e imágenes de sus viajes a lo largo del mundo para escenificar los miedos y pasiones de su interior, en un entretenido viaje a lo largo de sus recuerdos. Sin embargo si Akbari sirve como estímulo intelectual para Cousins que en los inicios de su posterior respuesta parece centrarse un poco en narrar algo coherente, éste la vulgariza ya que a mediados de dicha respuesta comienza a deambular de nuevo entre ideas que no llega a cristalizar y la contagia en la pseudo intelectualidad y pedantería de sus disgresiones, siendo la respuesta final de ésta y el epilogo una vuelta a los errores más recurrentes de Cousins aunque al menos ésta vez con cierto sentido estético.
Probablemente la colocaría en el primer lugar de mis preferencias de ésta trilogía, principalmente por la carta inicial de Akbari y sobre todo por las carencias de los otros dos documentales, más que por los méritos de éste que acaba haciéndose pesado, aburrido y larguísimo.
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