Director: Benjamin Crotty
Actores: Andy Gillet, Iliana Zabeth, David Baiot, Mati Diop, Luc Chessel, Nancy Lane Kaplan, Pauline Jacquard, Guillaume Paulin, Judith Lou Levy.
Guión: Benjamin Crotty
Productores: Judith Lou Lèvy
Montaje: Ael Dallier y Penda Houzangbe.
Fotografía: Michaël Capron
Música: Ragnar Àrni Agústsson
Producción: Les Films du Bal
En una curiosa mezcla entre drama y comedia Fort Buchanan nos acerca a un tema visitado en múltiples ocasiones como es las consecuencias de la guerra pero esta vez girando el punto de vista y poniéndolo sobre los ojos de la parejas de los soldados que tienen que aprender a convivir con la ausencia de su ser amado.
El título del film da nombre a una especie de campamento en el que los maridos y mujeres de los soldados conviven formando una especie de comuna en la que todos se apoyan entre sí para ayudarse a superar esos problemas, Benjamin Crotty utiliza éste contexto para explorar los distintos modos de superar la pérdida y la soledad, desde las reacciones más libertinas del vive y deja vivir sexual pasando por la utilización del sexo como vía de escape, la ira incontrolada o la melancolía todo tipo de reacciones se dan en la base militar a través de sus personajes pero sobre los que siempre predomina una sensación de unidad y compañerismo.
Benjamin Crotty sorprende con su opera prima, una obra que si bien no es fácil ni accesible en todo momento si demuestra ganas de contar cosas y habilidad para hacerlo pero se equivoca al querer acaparar demasiados géneros y situaciones en tan escaso metraje, si bien el film funciona cuando se centra en la historia de Roger, Frank y Roxy con el resto de personajes actuando como secundarios de apoyo y alcanzando su cénit con el viaje a Djibouti y la resolución de su conflicto personal, siendo ésta historia la más destacada y en la que mejor se mezcla el drama de Roger con el punto humorístico que suponen los estrafalarios intentos de ayuda de sus amigas la película se enreda cuando quiere incluir demasiadas historias paralelas que no quedan bien explicadas por falta de tiempo y dejan una sensación final de inconsistencia y ya vistas, perdiendo la originalidad inicial de su planteamiento cuando intenta explorar aspectos tan manidos como el estrés post traumático de los soldados que vuelven a casa.
La sensación final es que la película funcionaría mejor con un metraje más alargado en el que poder desarrollar más ampliamente las historias de sus personajes secundarios o incluso como idea para una serie en la que se pudieran explorar la relación de los integrantes del campamento entre sí y sus distintos modos de actuar ante la situación en la que viven.
Pero pese a su irregularidad, probablemente fruto de la inexperiencia narrativa de su director, Fort Buchanan se sitúa como una película hipnótica, original y diferente a lo habitual la mayoría del tiempo, con un fino sentido del humor y una enorme sensibilidad a la hora de retratar la dureza de algunas historias, en la que destaca la interpretación de sus protagonistas y la sucia fotografía de Michaël Capron que dota a la acción de un aire de autenticidad fundamental para que tras unos primeros minutos de confusión consiga introducir de lleno al espectador en la historia y se sienta uno más de esa extraña comuna tan hippy como militar.
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