Segundo día del Zinemaldi con fuerte acento argentino y la llegada de uno de los grandes estrenos de la temporada del cine español. De las calles más problemáticas de Argentina a los conflictos vecinales en la Galicia rural pasando por el juicio a una dictadura genocida fascista.
Diego Lerman, habitual de festivales, ganador del premio del jurado al mejor guion en San Sebastián con Una especie de familia o participante en Horizontes Latinos con La mirada invisible y El refugiado participa en la sección oficial éste año con El suplente historia de un profesor sustituto en un colegio de los suburbios de Buenos Aires que intenta cambiar la vida de sus alumnos. A priori el argumento nos suena a conocido y ha tratado en el mundo del cine decenas de veces y si bien es cierto que la película de Lerman no es especialmente novedosa, funciona a la perfección en su relato huyendo del efectismo y reflexionando sobre la importancia del entorno y la familia en la formación de los jóvenes. Una película que si bien es difícil que sea la favorita de nadie en el festival ha dejado buenas sensaciones sin llegar a apasionar.
Argentina, 1985 del argentino Santiago Mitre, llega a la sección Perlas después de su paso por el Festival de Venecia, donde incluso ganó el premio FIPRESCI y el Festival de Toronto donde se encuentra entre las favoritas del público. Y a pesar de las buenas referencias el film de Santiago Mitre ha sorprendido en un pase con las butacas entregadas ante un peculiar relato de la historia real de los fiscales Julio Strassera y Luis Moreno Ocampos en la investigación de la dictadura argentina antes del juicio de 1985. Mitre asume el reto de forma inteligentísima, jugando con las elipsis para evitar que la película sea demasiado confusa y farragosa, pero sin duda el gran acierto es la inclusión de un humor acertadísimo y efectivo. Los momentos más dramáticos son durísimos, la comedia funciona como un tiro y todos sus actores están en estado de gracia en una película que conmueve, remueve pero milagrosamente también hace reir. Una maravilla que se postula ya como una de las grandes candidatas al premio del público.
Turno por último para As Bestas, la última película de Rodrigo Sorogoyen, otro de los habituales del festival y que siempre ha sido recibido con expectación en Donosti. Su última película que incluso ya ha sido estrenada en algunos países llega además tras haber sido por la Academía española en el trío de candidatos para ser enviada a los Oscar, aunque finalmente se decidieran por Alcarrás.
En As Bestas Sorogoyen da un giro a sus ambientes urbanos habituales para introducirse en una aldea gallega donde los conflictos vecinales por la instalación de unos molinos eólicos comienzan a hacer imposibles la convivencia. El film juega constantemente a elevar la tensión al máximo y mostrar una violencia psicológica que constantemente amenaza con explotar dejando cierto aura al gran Peckinpah. Las grandes actuaciones de un enorme (en todos los sentidos) Denis Menochet y especialmente un Luis Zahera que se come la pantalla y se convierte en candidato a todos los premios de interpretación del cine español de la temporada elevan el film. En su contra una duración excesiva que deja la sensación de que el enfrentamiento se dilata en exceso y el epílogo a su resolución se siente también un tanto alargado además de no tener un discurso claro navegando sin excesivo rumbo entre las masculinidades tóxicas, el enfrentamiento entre pueblo y ciudad o las sociedades matriarcales en lo rural sin acertar con demasiado tino en ninguno de sus temas. Con todas sus imperfecciones una película que te agarra a la butaca y que demuestra el buen hacer de Sorogoyen tras la cámara y con sus actores a pesar de contar en esta ocasión con un guion algo más flojo.
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