Último acelerón porque esto comienza a ser una cuenta atrás, el festival toca a arrebato con sensaciones encontradas, la principal la de que ha sido un año diferente porque todo ha vuelto a ser igual, tras dos años de pandemia hemos vuelto a vivir el Zinemaldi que conocíamos, hemos podido reír y compartir sin miedo y eso nos ha revolucionado, probablemente ha sido el festival con más fiestas y vida social de los últimos años, sospechosos habituales y nuevas incorporaciones se iban cruzando en los eventos nocturnos y el cine nunca ha pasado a un segundo plano si no que una vez más ha servido como nexo de unión en una edición que más que nunca nos ha hecho soñar por unos días.
Las carreras continúan, las caras de cansancio ya no pueden ocultar la acumulación de horas sin dormir y la apuestas y los rumores comienzan, que si esta película es claramente premiable, que si aquella parece que ha gustado muchísimo al jurado (que digo yo que quién hablará con ellos para saberlo) o que si la otra sobre la que tanto se hablaba al final ha sido una decepción.
Olvidando la tarea del día anterior fue una jornada para repasar títulos de Perlas, la sección que aglutina las mejores películas que han pasado por otros festivales.