La llegada

La llegada. Título original: Arrival

Director: Denis Villeneuve

Actores: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg

Guión: Eric Heisserer. Basado en el relato de Ted Chiang

Productores: Aaron Ryder, Michael Jackman, Stan Wlodkowski, Eric Heisserer, Shawn Levy

Montaje: Joe Walker

Fotografía: Bradford Young

Música: Johann Johannsson

Producción: 21 Laps Entertainment, Film Nation Entertainment, Lava Bear Films


Silencio, muy breve, tal vez solo un segundo que se nos hizo más largo de lo que parecía y es que al fin y al cabo el tiempo es relativo. Un segundo de silencio y de reflexión y después una atronadora ovación, la gente se empieza a levantar y se ven ojos húmedos, sonrisas bobaliconas y comienzan a escucharse los primeros comentarios que se convierten en corrillos a la salida de la sala, todos necesitábamos comentar lo que acababa de pasar. Se empiezan a oír comparaciones con Interstellar (los más atrevidos citan a Kubrick), otros comienzan la batalla Villeneuve vs Nolan, pero sobre todo hay una sensación generalizada de asombro y satisfacción. 
Esta fue la reacción que viví tras ver la película en el Festival de San Sebastián, algo que según me cuentan se repitió en Sitges y ha vuelto a suceder en cada pase de prensa, la sensación ya no solo de haber visto la mejor película del año, si no uno de los mejores films de ciencia ficción de la historia.

Si he querido comenzar la crítica de esta manera es porque el visionado de La llegada, es sin duda una experiencia muy personal, que va a tener elementos muy comunes porque el film conecta con el público de manera muy potente, pero que también va a tener características individuales, porque Arrival en su propuesta de hard scifi esconde temas universales como el amor, los problemas de comunicación, el tiempo, el destino, el sacrificio, la maternidad, la desconfianza o el miedo. 
Todo ello está condensado en esta adaptación del relato corto de Ted Chiang "Story of your life" en la que una experta en lingüística es reclutada por el ejército para comunicarse con una nave alienígena que ha llegado a la tierra.

Amy Adams se echa por completo la película a la espalda dando vida a la Doctora Louise Banks, verdadero motor del film, en una de las actuaciones más impresionantes de los últimos tiempos, Adams consigue mostrar un torrente de sentimientos a través de la mayor de las contenciones, demostrando que la ya consabida coletilla "menos es más" nunca fue tan cierta como en esta ocasión. El arco emocional en el que acompañamos a Adams es tan impresionante como los últimos diez minutos de película, esos en los que la actriz se hace dueña por completo de la función y nos estruja el corazón, nos llena los ojos de lagrimas y la cabeza de reflexiones, es cierto que estamos ante un historión, pero sin la exhibición de Amy Adams nada de esto hubiera sido posible.
Ante semejante demostración Jeremy Renner hace lo mejor en estos casos, echarse a un lado dando cobertura a la protagonista cuando lo necesita, en este papel secundario cumple su función a la perfección, al igual que Forest Whitaker o Michael Stuhlbarg (en otro acierto más de elección de proyecto en su gran año)


Quentin Tarantino, Ben Affleck o incluso el mismo Woody Allen son algunos de los directores que han pronunciado el ya famoso dicho de que para dirigir una gran película la clave está en rodearse de los mejores. Denis Villeneuve parece haberse aplicado el cuento y ha formado su propio Dream Team, el que le ha acompañado en sus últimas películas y el que le acompañará en la esperadísima secuela de Blade Runner. A Johann Johannsson y Joe Walker, se suma en esta ocasión Bradford Young, quién ya destacó en El año más violento y demuestra que es un sustituto sobresaliente para el habitual Roger Deakins.
Comenzando por Young asombra su capacidad para dotar a una escasísima paleta de colores de tantos matices y tonos emocionales, continuando por el compositor islandés, que se vuelve a marcar un score impresionante que no solo se adapta como un guante al film si no que lo potencia y lo hace crecer hasta límites superiores y acabando por Walker que hace fácil lo difícil, comprensible lo complejo, dando una lección en el arte del montaje sin estridencias pero lleno de acierto.

Estas alabanzas a la labor de su equipo no disminuyen ni lo más mínimo mi ya conocida admiración por Denis Villeneuve. El director canadiense vuelve a dar una master class de dirección y de economía narrativa, basada por un lado en la confianza en el espectador pero también en la exigencia hacia el mismo, Villeneuve sabe que lo que cuenta es complejo, pero también sabe como ofrecer al público las herramientas necesarias para comprender lo que está viendo, nada de lo que se ve o se escucha es aleatorio, no hay adornos, nada sobra, todo tiene un cómo y un por qué y Villeneuve solo nos enseña el camino, nosotros somos los que realizamos el viaje. Esta es la grandeza de este director, la de estar siempre presente mientras permanece invisible, lo sigo diciendo, uno de los mejores directores de la actualidad sin ninguna duda (y así entre nosotros y entre paréntesis, se come a Nolan con patatas).

La llegada es un retorno a esa ciencia ficción filosófica en la que a través de situaciones extraordinarias se habla de sentimientos y emociones comunes a todos nosotros, es una nueva vuelta de tuerca en el gusto de su director por explorar la psique de sus protagonistas, es la demostración de que Amy Adams es una de las mejores actrices de su generación. Arrival es sin duda la película que no te deberías perder este año.