Monstruo. Título original: Kaibutsu
Director: Hirokazu Kore-eda
Actores: Sakura Ando, Eita Nagayama, Soya Kurokawa, Hinata Hiiragi, Mitsuki Takahata, Akihiro Kakuta, Shido Nakamura, Yuko Tanaka
Guion: Yuji Sakamoto
Productores: Kenji Yamada, Tatsumi Yoda, Hajjime Ushioda, Kiyoshi Taguchi, Ryo Ota, Minami Ichikawa
Montaje: Hirokazu Koreeda
Fotografía: Ryuto Kondo
Música: Ryuichi Sakamoto
Producción: AOI Promotion, Bun Buku, Fuji Television Network, Gaga, Toho Company
Apartado del foco mediático y con un grupo de seguidores numeroso pero poco ruidoso, Hirokazu Koreeda lleva más de 25 años siendo uno de los directores más importantes del panorama cinematográfico actual y es que desde que sorprendió comenzando a coleccionar premios internacionales con Maboroshi una de sus primeras películas, para confirmarse poco después con su primer gran éxito After life, obras como Nadie sabe, De tal padre, tal hijo o Nuestra hermana pequeña le han llevado a ser no solo un fijo si no prácticamente un imprescindible de todo festival cinematográfico que se precie hasta que la multipremiada y nominada al Oscar Un asunto de familia le descubrió al público más mainstream.
Con una asombrosa regularidad tanto en la producción como en la calidad de sus obras, cada nuevo título de Hirokazu provoca expectación entre su cada vez más creciente grupo de seguidores entre los que me encuentro, y si bien, su aventura francesa había dejado ciertas dudas con Broker demostró que sigue estando en forma y Monstruo directamente puede mirar cara a cara sin miedo a las obras más destacadas del director japonés.
Con una estructura dividida en bloques según los puntos de vista de los distintos protagonistas, recordando sin duda al Rashomon de Kurosawa en Monster sin embargo este cambio de perspectiva no sirve solo para descubrir secretos y giros argumentales, si no para ir desentrañando las capas y los verdaderos temas a tratar en el film que comienza como una investigación sobre un posible caso de bullying sin saber quién es el verdadero culpable para ir descubriendo poco a poco una auténtica y durísima crítica a la sociedad japonesa, a la masculinidad tóxica, los prejuicios y una bellísima historia de amor y amistad.
Koreeda vuelve a mostrar una vez más su sensibilidad a la hora de tratar temas de la infancia, alejándose esta vez de las familias elegidas tan características de su filmografía para trazar un pequeño puzle del que siempre nos va mostrando una pieza nueva para demostrarnos los peligros de los juicios previos y la necesidad de saber ver y escuchar a los demás. Con dos primeros tercios más centrados en sorprendernos con sus pequeñas trampas narrativas que sin embargo son más efectivas que efectistas, el film se destapa finalmente como una verdadera joya cuando el punto de vista que observamos es el de los más pequeños, unos arrebatadores Soya Kurokawa y Hinata Hiiragi capaces de enamorar a la cámara y el espectador por igual en un viaje de la oscuridad hacia la luz filmado con exquisita delicadeza por Koreeda y en el que las piezas de su guion acaban encajando a la perfección en uno de los finales más bellos y emotivos de los últimos años.
Monstruo es una película que merece descubrirse sin saber mucho más de su argumento, plagada de lecturas y temas interesantes y de actualidad que darán para debate posterior pero sobre todo es una bellísima pero a la vez dura historia en la que sus protagonistas nos arrastrarán por un laberinto de emociones hasta su inolvidable desenlace.
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