The Creator

 

The Creator

Director: Gareth Edwards

Reparto: John David Washington, Gemma Chan, Madeleine Yuna Voyles, Ken Watanabe, Allison Janney

Guion: Gareth Edwards, Chris Weitz

Productores: Gareth Edwards, Jim Spencer, Kiri Hart, Arnon Milchan

Montaje: Hank Corwin, Scott Morris, Joe Walker

Fotografía: Greig Fraser, Oren Soffer

Música: Hans Zimmer

Producción: 20th Century Studios, New Regency Productions, Entertainment One

Hace ya más de una década los aficionados a la ciencia ficción nos frotamos los ojos con estupefacción ante la llegada de una nueva generación de directores dispuestos a renovar el género, el estreno en años simultáneos de Cloverfield de Matt Reeves, Monsters de Gareth Edwards y Distrito 9 de Neill Blomkamp parecía traer aire fresco a un género que aún se agarraba a la estela de los maestros más veteranos. Con enormes diferencias entre ellos pero con un enfoque y una nueva mirada más que necesaria la carrera de los tres no ha podido ser más dispar, con los continuos éxitos de Reeves confirmándole como un artesano de primera categoría asentado en el cine comercial y la caída en desgracia de Blomkamp pese a ser el que más brilló inicialmente y en el que más esperanzas se tenían, las dudas recaen sobre un Edwards que si bien nunca ha llegado a confirmar lo que prometía ha seguido manteniendo cierto aura de confianza sobre su trabajo y es que aunque su Godzilla decepcionó a la mayoría (algo que no comparto) y sobre su Rogue One puede que nunca sepamos la verdad sobre qué se le debe a él y qué a Gilroy, las impresionantes imágenes que nos avanzaban su nuevo film no han podido más que disparar el hype entre los aficionados.

Sería fácil caer en el error de criticar a The Creator por un argumento que ya nos suena a conocido y es que la guerra entre máquinas y humanos en un futuro apocalíptico es algo ya tan asentado en la ciencia ficción que se podría considerar un subgénero propio, pero eso no tiene por qué ser problema siempre que la historia acompañe, en este caso la de Joshua, un ex agente de las fuerzas especiales al que se le encarga la misión de localizar y matar al líder de la IA del que se sospecha ha creado un arma capaz de acabar con la raza humana, misma misión en la que murió su esposa y por lo que aún vive traumatizado por la pérdida. Edwards nos introduce así en un conflicto entre la humanidad y la Inteligencia Artificial más centrado en lo ético y lo filosófico que en lo propiamente bélico, además de recurrir a continuos flashbacks para conocer las causas del trauma de nuestro protagonista.

Es innegable que The Creator a nivel visual es una auténtica obra de arte, sus escasos 80 millones de presupuestos lucen mejor que la mayoría de megaproducciones y su acabado formal es algo que va a trascender en los próximos años del cine, lamentablemente ahí se acaba la película, en su apabullante estética, el film es capaz de enamorarte con la belleza y perfección de sus imágenes, el problema es que no haya cine tras ellas. Su trama carece de ningún tipo de progresión dramática, con unos personajes que normalmente tienen que ir del punto A al B, para volver a empezar de nuevo sin tener demasiado clara su misión, la relación entre los protagonistas avanza a trompicones sin ningún tipo de coherencia emocional y si bien a nivel formal el universo que nos propone Edwards es vasto y rico en detalles, el film nunca posee ningún tipo de lógica interna, avanzando a capricho en un montaje un tanto caótico dejando la impresión de que más que un guion pulido hay un esquema con cuatro ideas principales que nunca se han llegado a desarrollar.

La música de Hans Zimmer parece sacada de la misma IA que el film quiere combatir con temas genéricos e intercambiables que lejos de alzar al film lo hacen parecer caricaturesco por momentos.

The Creator nunca quiere ser un divertido pasatiempo si no que lo apuesta todo al aspecto más dramático y emocional de la historia y sin embargo sus protagonistas transmiten una frialdad absoluta en su relación y John David Washington es incapaz de dotar de ni una sola capa de personalidad a su personaje más que la de héroe a la fuerza arrepentido y traumatizado.

The Creator probablemente nos confirme lo que ya sospechábamos hace mucho tiempo, que Gareth Edwards es un director con un talento visual absolutamente superlativo pero con muchísimas dificultades para narrar y es precisamente en su obra más ambiciosa donde más asoman estas carencias.