Vamos allá con un clásico de los festivales, el sueño, hasta ahora lo estaba evitando, pero los días se acumulan, hoy había que madrugar porque había planes trastocados ante la necesidad de reservar las entradas de Sitges, etc ... así que el cansancio se ha empezado a acumular, lo que puede hacer que no se juzguen la manera del modo más justo, pero esto es un festival y es lo que hay.
Así que allí iba yo con mis legañas, mi sueño y mi café directo hacia el Teatro Victoria Eugenia para ver La hija de un ladrón, el estreno en el largometraje de Belén Funes, basado en el personaje de su exitoso corto, Sara a la fuga. El film cuenta la historia de Sara, una joven que se siente abandonada y sin suerte en la vida, convirtiéndose en un drama social sobre esos jóvenes que se sienten solos y desamparados en una sociedad que parece excluirlos continuamente. La hija de un ladrón cuenta la búsqueda de cariño de nuestra protagonista, de manera torpe si, pero también tierna, porque en el fondo Sara nunca ha sido querida y por lo tanto no sabe corresponder al amor. Si bien tematicamente el film puede sonar a ya visto, la película se sostiene en la portentosa actuación de una Greta Fernández absolutamente espectacular y que se merece todo lo bueno que probablemente le vaya a suceder éste año.
Después del follón que se ha organizado para reservar las entradas de Sitges, algo que proximamente escucharéis en Los de Al Lado de Pumares tocaba el último trabajo de Paco Cabezas, Adiós. El director sevillano vuelve a España después de su exitoso paso por la televisión norteamericana y lo hace con un thriller sucio y trepidante que se desarrolla en el tristemente conocido barrio de las 3.000 viviendas donde un padre busca venganza tras la muerte de su hija en una trama que mezcla drogas y clanes con antiguas rencillas por resolver. El film es un thriller de acción y venganza con un nivel formal espectacular que incluye escenas de acción como pocas veces se han visto en España y una excelente labor de su elenco actoral (buen Mario Casas y espectacular Natalia de Molina). Es una alegría ver que películas como estas son posibles en España y hay que desearle el mayor de los éxitos para el bien de nuestra industria.
Camino a Tabakalera para ver The Wild Goose Lake, la película que venia con la coletilla de haber emocionado a Quentin Tarantino en Cannes. El último film de Yi'nan Daio cuenta el enfrentamiento entre dos bandas de ladrones de coches y como un encuentro con la policía lleva a uno de los miembros de estas bandas a iniciar una huida perseguido por rivales y agentes. El film es puro cine negro chino, con su antiheroe perseguido por todos, su femme fatale y su violencia estilizada a la vez que respeta sus tempos narrativos, es decir, se toma su tiempo para desarrollar tramas y personajes y paladea la tensión con calma. Y aquí llegamos a la alusión inicial del sueño y es que a estas alturas y a esas horas tal vez no estuviera en las mejores condiciones para juzgar la película porque se me ha hecho excesivamente lenta y con una historia sin demasiado interés más allá de tener escenas filmadas a las mil maravillas, un bonito envoltorio para la nada vamos.
Acababa el día con The Specials, la vuelta de Olivier Nakache y Eric Toledano a San Sebastián dónde ya empiezan a ser asiduos. El film sigue a unos trabajadores sociales en su día a día tratando a personas con necesidades especiales y su lucha para ayudarlos, conseguir apoyo institucional y a la vez ser capaz de compaginarlo con su propia vida personal. Película amable y bien intencionada que tal vez busque la complicidad del espectador en su mensaje más allá de sus valores cinematográficos, y sin embargo ese es precisamente su punto fuerte, y es que el cine con mensaje y con intención de mejorar las cosas es necesario, incluso con una película a priori simple como ésta, es más, ojalá muchas más como The Specials.
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