Una íntima convicción. Título original: Une intime conviction
Director: Antoine Raimbault
Actores: Marina Fois, Olivier Gourmet, Laurent Lucas, Philippe Uchan, Francois Fehner, Armande Boulanger
Guión: Karim Dridi, Isabelle Lazard, Antoine Raimbault
Productores: Caroline Adrian
Montaje: Jean Baptiste Beaudoin
Fotografía: Pierre Cottereau
Música: Gregoire Auger
Producción: Delante Films, Umedia
Pocos géneros tan cinematográficos como el judicial, desde Atticus Finch declamando el alegato final más importante de la historia del cine a Daniel Kaffee haciéndonos creer que todos podíamos gritar al mismísimo Jack Nicholson si ordenó el código rojo, una sala de juicios siempre ha sido uno de los escenarios más poderosos en el séptimo arte.
Una íntima convicción se basa en el Affaire Suzanne Viguier, caso que durante más de diez años trató de esclarecer la desaparición de Suzanne Blanch y juzgó hasta en dos ocasiones a su marido Jacques Viguier. Antoine Rimbault lleva el género judicial hasta el extremo y es que aunque el film contenga cierta dramatización, de hecho su protagonista es un personaje de ficción, es más importante el discurso y la retórica sobre la justicia que la propia historia en sí misma.
En el film Nora es una mujer obsesionada con el caso Suzanne Viguier y la inocencia de Jacques, tanto es así que para ayudarle convence a un abogado para que le represente en la apelación del caso. A partir de aquí Rimbaud divide el film entre la presentación del propio caso judicial y la obsesión de Nora y como le va afectando en su vida personal, ambas vías sin embargo claro reflejo de la reflexión que propone Una íntima convicción desde el comienzo, la importancia de la justicia y como debemos luchar por ella por encima de nuestros propios instintos más primarios.
Si bien Marina Fois es la que carga con mayor peso dramático en el film es Olivier Gourmet quién se lleva la función de calle, con un abogado duro pero de fuertes principios y convicciones, que si bien puede parecer desagradable por momentos, se nos descubre como el rostro más noble y desinteresado del proceso. Además es protagonista de un emocionante alegato final que debería ser un crimen no ver en Versión Original, tal es la fuerza y potencia que imprime a su voz el actor para clamar por justicia.
Una íntima convicción busca el relato judicial más puro, lo que lleva a un desarrollo lento por momentos, pero sin embargo nos recompensa con momentos interesantísimos de reflexiones personales para el espectador sobre nuestra propia naturaleza en particular y la de la sociedad que vivimos en general.
Todo un must para los amantes del género judicial que no teman un desarrollo minucioso y detallado del proceso en sí mismo. Una de esas películas que se ven con gusto y se comentan después con pasión.
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