Poco estoy comentando, porque ese tipo de cosas son más para unas risas en Los de al lado de Pumares, pero esta edición del festival está teniendo todas las incidencias del mundo, desde rodalies laberínticos, a viajes infernales interrumpidos por la autoridad policia, diversas lesiones e incluso visitas hospitalarias, pero eso como digo, se escuchará en vuestro podcast de referencia.
Mientras tanto y con el planning acortado al mínimo por todas las incidencias hoy tocaba uno de nuestros psicokillers favorito, uno de esos thrillers orientales que tanto gustan por aquí, la mejor animación de la mano de Ari Folman y algunas otras películas que mejor olvidar.
Después de su exitazo en Sitges y en el resto del mundo a nivel de crítica y público David Gordon Green continúa su trilogía sobre uno de nuestros enmascarados favoritos con Halloween Kills.
Evidentemente, que ya nos conocemos, a pesar de todo lo sucedido en el anterior film, Michael Myers no ha muerto y en esta ocasión los habitantes de Haddonfield deciden que ya están hartos de que ese señor con máscara esté reduciendo su población más que IDA al mando de las residencias de ancianos y comienzan su caza (ojalá lo mismo con la Thatcher de la libertad).
Lamentablemente se nota en exceso que esta entrega sea el punto intermedio de la nueva trilogía y a pesar de que va bien surtida de body count con algún asesinato realmente brutal la sensación de cierto relleno y paso a las nuevas generaciones algo forzada, además de la poca presencia de algunos de nuestros personajes favoritos ha provocado cierta decepción entre el personal y que habrá que esperar a Halloween Ends para recuperar los mejores momentos de la saga.
Soi Cheang traslada el Nueva York de Mills y Somerset a un Hong Kong con más basura pero igual de lluvioso, también con policía novato y veterano de vuelta de todo, si a esto le unimos la investigación de un asesino en serie que se dedica a seccionar manos izquierdas, los bajos fondos delictivos de la ciudad, una ratera en busca de perdón por sus pecados pasados y un hombre en busca de venganza nos encontramos con Limbo un thriller en el que puede que todo nos suene un poco a visto pero que está rodado con tanto gusto y sabe manejar tan bien la tensión y a sus personajes que te atrapa durante sus casi dos horas, que oye, si lo hacen bien no pasa nada porque nos vuelvan a contar otra vez la misma historia.
Turno para una de las más esperadas del festival y es que tras
Vals con Bashir y
El Congreso Ari Folman es uno de los principales nombres a seguir en la animación en cada uno de sus estrenos. En esta ocasión adaptando la nóvela gráfica
Where is Anne Frank? contando una historia que posteriormente descubriremos le toca muy cerca.
A pesar de ello el film no aporta demasiado más allá de la curiosidad de contar la historia de Ana Frank a través de su amiga imaginaria, la actualización del relato a través del grupo de refugiados es correcta y necesaria pero también obvia y falta de chispa, lástima que tampoco se realizara en stop motion como estaba planeado inicialmente por la animación tampoco es que brille precisamente. En definitiva una cinta en la que todo es correcto pero nada destaca y que se puede apreciar como curiosidad pero es un pequeño borrón en la carrera de Folman.
A las once de la noche en Tramuntana tocaba Violation un rape and revenge que mezcla la venganza y la culpa con un ritmo en exceso tedioso que ni siquiera en su intento de forzar la máquina a nivel de drama interno, violencia explícita o sexualidad en primer plano logra evitar el aburrimiento. Probablemente busca la incomodidad en el espectador que ha llegado más por las butacas de Tramuntana y los gritos y ruidos de la protagonista intentando vomitar que además nos han impedido dormir ante semejante despropósito.
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