domingo, 10 de octubre de 2021

Sitges 2021: Día 3

El primer fin de semana del festival comenzaba con el cielo nublado y la amenaza (que posteriormente se hizo realidad) de lluvia, esto es algo habitual cada año pero aún no se ha desatado el temporal habitual con calles inundadas y el kraken asomando por la playa así que de momento podemos dar gracias.

El tercer día, siempre uno de los más multitudinarios, reservaba nombres destacados, con nada menos que Alex De la Iglesia, Mamoru Hosoda y Phil Tipet a la cabeza y un Midnight X-Treme que llegaba con promesas de violencia extrema desde 

Tras arrasar el año pasado con la presentación de los primeros capítulos de 30 monedas (lástima que luego la serie pegara ese bajón), Alex De la Iglesia, uno de los favoritos de los asiduos del festival, volvía a Sitges para presentar Veneciafrenia primera película de la antología The Fear Collection. En la película un grupo de turistas españoles viaja a una Venecia donde sus habitantes están hartos ya de la llegada de visitantes extranjeros y un bufón comienza a hacer pequeñas y sangrientas travesuras entre los canales. Esto aunque suene a ya visto podría ser divertido a modo de slasher desenfadado y como homenaje al giallo, pero tras unos maravillosos créditos iniciales homenaje a Chicho Ibáñez Serrador y Eugenio Pina, el film no es que se caiga si no que nunca consigue arrancar con unos personajes absurdos y un grupo de actores en el que por difícil que parezca nadie acierta pero es que la acción que avanza entre clichés y momentos tan forzados como bochornosos tampoco ayuda. Su anticlimático final con moralina incluida es el remate a una película que será mejor olvidar en la carrera del director vasco.


Turno para otro de los favoritos del festival, el japonés Mamoru Hosoda, con su nueva película Belle. El film es una delicia visualmente como siempre sucede con el director nipón que en esta ocasión reinventa la historia de la bella y la bestia con las redes sociales como telón de fondo y la reflexión sobre la dificultad para ser uno mismo en tiempos donde las apariencias digitales parecen contar más que la personalidad. Unos personajes heridos y tratando de superar la pérdida que llegan al corazón, un mundo virtual que parece primo hermano de la Summer Wars del mismo Hosoda pero que aún así sigue siendo atractivo y una espectacular banda sonora conforman una gran película que olvida la complejidad argumental para apostarlo todo a conquistarte emocionalmente y vaya si lo consigue. Una película que me está ganando a cada minuto que pasa y con la que se ha visto más de un ojito húmedo a la salida del Auditori.


Uno de mis puntos fuertes del festival llegaba con Mad God y es que pocas veces podemos ver aquello que se suele decir de "la obra de una vida", más de 30 años ha dedicado Phil Tippett, el genio de los efectos prácticos, a acabar esta película experimental repleta de monstruos y científicos locos. Con una deliciosa estética stop motion, cargada de gore, lisergia e imágenes pesadillescas, la película es una "gozada" para los sentidos a pesar de una narrativa difusa que pide más dejarse llevar que buscar un sentido y que sobre todo invitará a muchas y apasionantes nuevas visitas a un film que desde ya se convierte en clásico instantáneo por su capacidad para inquietarnos de un modo que no acabamos de comprender del todo.


Y turno finalmente para la esperada The Sadness y es que la unión de película taiwanesa con brote pandémico y un argumento que incluye las palabras asesinato, tortura y mutilación, sin duda invitaba a querer experimentar esas emociones más fuertes que lamentablemente parece que se van perdiendo en los últimos años en Sitges. La campaña de marketing con avisos incluidos desde el Fantastic Feast sobre su extrema brutalidad conseguían que Retiro estuviera hasta los topes a las once de la noche con una película sobre un pandemia de un virus (vaya, esto nos suena) que convierte a quienes lo contraen en seres rabiosamente violentos. Si bien el film es abundante en escenas donde recrearse en el gore y la violencia, el ritmo del mismo es decepcionantemente lento, con abundantes y aburridas conversaciones entre personajes que ha rebajado un poco el ambiente festivo inicial de la sala y convierte a la película en un interesante ejemplo de cine de infectados pero sin llegar a las altas cotas de salvajismo que nos prometían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario