Kubo y las dos cuerdas mágicas. Título original: Kubo and the two strings
Director: Travis Knight
Actores: (Voces de) Charlize Theron, Matthew McConaughey, Art Parkinson, Ralph Fiennes, George Takei, Rooney Mara
Guión: Marc Haimes, Chris Butler. Basado en una historia de Marc Haimes y Shannon Tindle
Productores: Travis Knight, Arianne Sutner
Montaje: Christopher Murrie
Fotografía: Frank Passingham
Música: Dario Marianelli
Producción: Laika Entertainment
Kubo y las dos cuerdas mágicas probablemente sea el paso natural en la evolución que está llevando Laika hacia convertirse en una de las grandes de la animación actual, mezclando la profundidad narrativa que ya demostró en Coraline o Paranorman con el virtuosismo técnico que pudimos ver en The Boxtrolls, la compañía de Travis Knight da un paso más para acompañar a Ghibli y Pixar en la cima de la animación, es cierto que todavía no ha llegado a su nivel, al igual que no se puede obviar que la cinta de la que tratamos tiene sus problemas y errores, pero Laika está ahí y su evolución le está llevando a comenzar a ver la cima cada vez más cerca.
Kubo y las dos cuerdas mágicas tiene tantas capas y texturas que entrar a analizar su historia sería un error, no obstante es una historia sobre las historias si se me permite la redundancia extrema, un cuento que nos habla de la importancia de los recuerdos y de lo que contamos a los que nos rodean, historias que nos definen como personas y que nos muestran a los demás de un modo u otro.
Kubo se gana la vida tranquilamente en un pueblo contando todos los días el mismo cuento a sus habitantes, un cuento sin fin pero que maravilla al que lo ve gracias a la habilidad del joven con los origamis, sin embargo un día los espíritus de un pasado que había olvidado comenzarán a perseguirle y para poder combatirles Kubo tendrá que iniciar la búsqueda de la armadura mágica de su padre.
A nivel visual el film siempre roza la excelencia, llegando al virtuosismo en escenas como la batalla bajo el agua o la lucha contra el esqueleto gigante, sin embargo es curioso que esas mismas escenas en las que se demuestra la destreza técnica de la compañía sean las peor integradas en el conjunto narrativo y es que el film alcanza en algunos momentos tales cotas de introspección y simbolismo que parece que Travis Knight y sus guionistas tienen vértigo de perder al público más joven y deciden introducir la comedia a través de dos personajes secundarios que si bien tendrán su importancia final se hacen algo superfluos durante gran parte del film al margen de actuar como alivio cómico, y la acción con unas escenas que pese a su potencia visual son algo repetitivas en su estructura.
Si olvidamos estos dos pequeños detalles Kubo y las dos cuerdas mágicas es un film que sorprende en primer lugar por su minuciosidad en los detalles logrando un nivel de perfección visual pocas veces vista a nivel de stop motion, pero también lo hace por su profundidad argumental, temas como la muerte o la enfermedad son abordados de manera completamente natural y la película no tiene ningún tipo de reparo en iniciar un viaje tan lisérgico como personal a lo más profundo de nuestras emociones haciendo que su visionado sea diferente para cada persona según sus propias experiencias.
Kubo y las dos cuerdas mágicas probablemente se equivoque en su intención de intentar agradar a un público más amplio, pero pese a esto nunca huye de su carácter de rareza exquisita tanto en temática como en su modo de realización, una pequeña joya que ningún amante tanto del buen cine como de la animación debería perderse.
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