martes, 22 de septiembre de 2020

San Sebastián Film Festival 2020: Lunes 21

Tras el brillante día vivido ayer estaba claro que mantener el nivel iba a ser difícil, y es que no me extrañaría que en un solo día viéramos tres o cuatro de las películas que más van a dar que hablar en ésta temporada de premios. El día de hoy, además de una lluvia incesante, nos ha dejado una cosecha de películas bastante más irregular pero con cosas interesantes, especialmente una de las mejores actuaciones que se han podido ver en éste festival durante mucho tiempo.

Antes de empezar y aprovechando esta nueva costumbre de auto bombo que estoy instaurando hoy no voy a recordar mi twitter, si no el de Los de al lado de Pumares ese irreductible y sobre todo inconstante podcast en el que colaboro que antes o después volverá a vuestras vidas y que estos días también os comenta la actualidad del festival al minuto, o a veces después de un par de zuritos.

Comenzando la mañana con Any crybabies around? propuesta un tanto extraña de Takuma Sato que con su segunda película logra colarse en la Sección Oficial de San Sebastián. Y es que el film arranca con Tasuku un joven que acaba de ser padre y participa en la particular celebración de los Namahage, ogros que asustan a los niños para que se porten bien. Después de emborracharse y aparecer desnudo en televisión, Tasuku se verá obligado a abandonar su pueblo por la vergüenza.

El film sigue los recursos habituales (y que suelen funcionar todo hay que decirlo) del cine japonés como el enfrentamiento entre tradición y modernidad o el contraste entre la vida en el pueblo o la gran ciudad, sin embargo la unión con el drama personal y de pareja del protagonista no acaba de funcionar y la paciencia con el tradicional ritmo pausado de estas películas en esta ocasión no tiene recompensa porque la historia resulta poco atrayente, los personajes nos son indiferentes e incluso estéticamente está lejos de ser destacable.


Continuábamos en Kursaal y en Sección Oficial con El gran Fellove, documental dirigido por Matt Dillon sobre la figura del cantante y showman cubano Francisco Fellove. El film se divide en dos vías, la grabación del último disco de Fellove, propiciada entre otros por el propio Dillon y el repaso a los inicios y la carrera musical del artista a modo de flashback con testimonios y material de archivo.

Pese a parecer concebida más como un capricho del propio Dillon, la película consigue atrapar en el relato de un tipo de música desconocida para la mayoría del gran público (entre los que me encuentro), aunque es cierto que por momento se hace algo larga (pecado mortal cuando su metraje apenas llega a la hora y media) y sus saltos temporales hacen algo caótica su narrativa algo caótica. A pesar de ello la personalidad desbordante de su protagonista y el descubrimiento de un nuevo estilo musical hacen su visionado como mínimo curioso y recomendable.


El día de hoy me iba a servir para conocer una nueva sede del festival, los Antiguo Berri (que aviso a navegantes, tampoco está tan lejos como siempre se afirma en los corrillos de perezosos acreditados) y poder ver otra de las grandes sensaciones del festival de éste año.

The Father de Florian Zeller ha levantado expectación por dos razones principalmente, por su ya prácticamente seguro premio del público en la sección Perlas (con una puntuación récord de 9,96) y por la unanimidad a la hora de ensalzar la actuación de Anthony Hopkins como la mejor del año y una de las más grandes de su carrera.

La película aborda el Alzheimer en primera persona, tanto es así que sitúa al espectador en la mente de un anciano enfermo, así la confusión y desesperación de Anthony (nombre también de nuestro protagonista) pasa a ser también la nuestra, al costarnos diferenciar que es real y que no o cuando y como está sucediendo realmente cada cosa. Pero lo que realmente hace a esta película especial son sus interpretaciones, Anthony Hopkins hace algo completamente sobrenatural, consiguiendo que olvidemos su imponente y conocida presencia para llevarnos junto a un temeroso, confundido y finalmente derrotado anciano, imposible que no te robe el corazón (y las lágrimas). A su lado Olivia Colman no solo mantiene el tipo si no que da una excelente réplica en el papel de una hija tan amante como sufridora y repleta de matices como la propia estructura de la película os descubrirá. 
Durísima película, vais a salir hechos polvo ya os lo adelanto, pero de verdad que es una joya.


Todo festival tiene su sesión de sufrimiento, esa película que peleas por acabar sin caer en el sueño profundo y este año (y esperemos que sea la única) le ha tocado a In the Dusk, película de Sarunas Bartas, incluida en la selección ofical de Cannes 2020 y que cuenta una historia situada en Lituania en 1948 con las heridas de la guerra aún recientes y el enfrentamiento entre los rebeldes partisanos y los miembros de la ocupación soviética. 
El film por alguna extraña razón decide centrarse en la vida de unos agricultores que se encuentran entre ambos bandos y que inevitablemente acabarán siendo víctimas de su choque. Con un desarrollo absolutamente tedioso y sin un rumbo claro, la acción deambula durante dos horas entre el costumbrismo rural y una historia de traiciones y violencia que nunca acaba de estallar ni de interesar.
Particularmente puede que haya sido una de las películas más aburridas que haya visto éste año y sinceramente no rescato nada de ella, así que con mi habitual gafe es probable que rasque algún premio, aquí queda escrito.


Acabábamos el día en el Teatro Principal con la sección Perlas y Herself de Phyllida Lloyd, la siempre solvente directora de Mamma mía! o La dama de hierro. En éste caso la británica se centra en una película más social y comprometida al abordar los malos tratos y las repercusiones ya no solo sobre las mujeres que las sufren si no sobre los hijos que las contemplan. Si bien el film por momentos es ligero y superficial, se agradece su interés en poner el foco en un problema al que nunca debemos dejar de prestar atención y su enfoque positivista y de autosuperación dentro de la gravedad del tema que afronta. Es cierto que se echa en falta algo más de profundidad en la historia y menos momentos musicales de construye tu propia casa pero no me parece una película contra la que cargar con dureza ni mucho menos, aunque solo sea por sus buenas intenciones.




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