Creadores: Matt Duffer, Ross Duffer
Actores: Winona Ryder, David Harbour, Millie Bobby Brown, Gaten Matarazzo, Charlie Heaton, Caleb McLaughlin, Natalia Dyer, Joe Keery, Noah Schnapp, Priah Ferguson, Maya Hawke, Sadie Sink, Dacre Montgomery
Productores: Matt Duffer, Ross Duffer, Shawn Levy
Música: Kyle Dixon, Michael Stein
Producción: 21 Laps Entertainment, Monkey Massacre, Netflix
Temporadas: 3
Episodios: 8
Canal de emisión: Netflix
Tras una espectacular primera temporada y una continuación que dejaba alguna duda, esta tercera entrega de Stranger Things parecía el momento clave para determinar si la serie de los hermanos Duffer entraba en el olimpo televisivo o se quedaba solo en una de las múltiples modas pasajeras que Netflix lanza cada pocos días y que se devoran con ansia y se olvidan y sustituyen con facilidad por otros productos similares.
Las bazas de la serie las conocemos, su homenaje continuo a los ochenta, un cast que derrocha carisma tanto en niños como adultos y una mezcla de aventuras y ciencia ficción que hacen las delicias de los amantes del género.
Esta tercera temporada corría el riesgo de caer en la reiteración y más cuando en los primeros capítulos vemos que a nivel argumental a priori poco ha cambiado, el azotamentes reaparece en Hawkins y nuestros protagonistas son los únicos que parecen capaces de detenerle.
Y sin embargo Stranger Things no muestra ni un solo signo de agotamiento, más bien todo lo contrario, los Duffer han sabido coger todo lo positivo de su primera temporada, han aprendido y corregido los errores de la segunda y han conseguido la que hasta ahora es la mejor entrega de la serie.
Si en su entrega anterior reprochaba a la serie el error de separar a su grupo principal en ésta ocasión funciona a la perfección, la trama se divide una y otra vez llegando a mezclar hasta cuatro y cinco subtramas al mismo tiempo pero consiguiendo que todas funcionen por separado y que su evidente unión se produzca de manera natural y orgánica.
Uno de los mayores plus de esta temporada ha sido encontrar una serie de secundarios que suman a la trama y la química de la serie, comenzando por Max y Billy, que si bien es cierto que ya aparecían en la temporada anterior ha sido ahora cuando han empezado a aportar y tener peso. Siguiendo por los muy secundarios pero muy acertados Smirnoff (vale Alexei, pero para todos siempre será Smirnoff) y Murray que son el contrapunto cómico perfecto.
Pero el gran descubrimiento de ésta temporada han sido Erica y Robin, Priah Ferguson y Maya Hawke, frescas, naturales, encantadoras y rebosantes de carisma, se han unido además con la que sin duda era ya la mejor pareja de la temporada anterior, Dustin y Steve. Cada vez que estos cuatro aparecen juntos en pantalla es oro puro, tanto que hasta por momentos llegan a eclipsar al resto de historias y personajes. Si tuviera que apostar por el futuro de este cast joven tengo claro que mi dinero iría con estos fab four, es más, entregaría gustoso ese mismo dinero para un spin off solo con ellos (y ya por pedir incluiría a la adorable Suzie, porque, si, estoy muy a favor de LA ESCENA).
Si las dos anteriores temporadas nos recordaban enormemente a una mezcla de Spielberg + King esta sin abandonar esos referentes es sin duda mucho más Carpenteriana, sin obviar la más que evidente influencia de la invasión de los ladrones de cuerpos y su posterior remake, esta tercera temporada parece sacada por momentos de la mente del maestro Carpenter, no solo por el diseño de sus criaturas, también por esos momentos de desarrollo de la tensión a través de una amenaza exterior. Pero esto es Stranger Things así que no podían faltar los referentes al cine de aventuras ochentero y en éste caso son unos villanos rusos a la vieja usanza, sin apenas desarrollo más allá de servir como rival humano a nuestros protagonistas, simplificación pensarán algunos, representación perfecta del cine que quiere honrar e imitar pensamos otros.
Esta tercera temporada supone además un paso adelante dentro de su propio universo y es que lejos de acomodarse se toman decisiones importantes que hacen avanzar de manera irremediable a los personajes y su trama, está claro que los Duffer aún tienen cosas que contar, que queremos saber más sobre estos personajes y que por lo tanto tenemos serie como mínimo para una temporada más, pero también que a partir de ahora ya nada será igual.
Con esta tercera temporada Stranger Things demuestra su polivalencia, no es un entretenimiento pasajero pero es sin duda un evento seriefilo, posee una innegable calidad pero no rehuye de cierta ligereza y gusto por el puro entretenimiento, en definitiva, es una serie que tras su enorme irrupción inicial ha sabido encontrar su propio lugar (y además de honor) entre las mejores series de la actualidad.
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