Tercer día en San Sebastián, aparece la lluvia, también el sueño y las primeras decepciones, algo habitual por otra parte en los festivales. Comienzan a establecerse los primeros favoritos para los premios, se confirma que ante el caos de sesiones de este año conseguir entrada para una sesión que no sea de prensa es casi imposible y por lo visto se ha formado ya la primera polémica con Girl.
Mi día comenzaba con Yuli, película de Iciar Bollaín sobre la vida de Carlos Acosta, un famoso bailarín y coreógrafo cubano. El film se estructura mezclando los recuerdos de niñez del protagonista con los preparativos de la obra que el propio Acosta está creando sobre su vida, esto nos regala unas coreografías rodadas con mimo y buen gusto. La película es un biopic amable y sencillo que si bien carece de conflicto en la acción y los personajes consigue ser enormemente entretenido gracias a la buena labor de la directora y el reparto.
Uno de los momentos más esperados del festival era poder ver en la sección Perlas First Man, la nueva película de Damien Chazelle. En esta ocasión el director se ha centrado en el astronauta Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la luna. Chazelle ha querido dotar de mayor importancia a la figura del hombre sobre la imagen de la leyenda, sin embargo y curiosamente el film destaca por encima de todo en sus vuelos y misiones espaciales, los momentos en los que el director despliega todo su virtuosismo visual para ofrecernos unas escenas espectaculares y totalmente inmersivas para el espectador. En el otro lado de la balanza la película va a pique cuando quiere ser más íntima y mostrar al Armstrong más humano y personal y es que ni la actuación excesivamente hierática de Gosling ni el guión de Josh Singer ni una dirección fría como el propio espacio consiguen dotar de interés a la figura del astronauta en esta película.
En Sección Oficial se presentaba Rojo la que hasta el momento me parece la tomadura de pelo del festival, y es que la película que intenta retratar la sociedad argentina antes del golpe de estado del 76 ya empieza con una escena ridícula por imposible y nunca consigue remontar, ni con unos personajes que carecen de desarrollo u objetivo o un conjunto de tramas secundarias que en el mejor de los casos acaban en la nada y en el peor caen en el absurdo. Conociendo mi tino con estas cosas se llevará premio, apostad por ello.
El fenómeno Chalamet llegaba a San Sebastián con Beatiful Boy, la historia de un joven enganchado a las drogas y la lucha de su padre por ayudarle a salir de ellas. Y aunque todo los focos han estado en el interprete francés, es Steve Carrell el verdadero protagonista de la película. El film que se ha llevado muchos palos entre la crítica por momentos es reiterativo y predecible además de contar con una dirección algo plana y falta de garra de Félix Van Groeningen, pero a cambio Carrell en mayor medida y Chalamet yendo de menos a más ofrecen dos interpretaciones más que notables y la película nunca llega a hacerse pesada. En definitiva demasiadas críticas para un film que si bien no destaca tampoco merece tanto odio, quizás las altas expectativas por la nueva estrella francesa han jugado en su contra.
Y el círculo de este tercer día se cerraba con Dantza, la película de Telmo Esnal es una experiencia conceptual en la que a través de bailes y música se muestra el desarrollo de una sociedad cargada de ritos, tradiciones y amor a la naturaleza. El disfrute de un film de estas características depende mucho de la experiencia personal y particularmente puedo decir que no he entrado demasiado en la propuesta de Esnal, que ofrece pocos asideros al espectador y es un tanto irregular. En un producto de estas características se echa en falta cierta ambición y riesgo visual y es que el film se muestra la mayoría del tiempo excesivamente estático y enclaustrado en unos planos generales que dificultan cualquier tipo de ritmo o dinamismo de la acción y eso en una película como ésta acaba siendo pecado mortal.
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