Impresionante ha sido ver como las nuevas generaciones siguen disfrutando del maestro Miyazaki, coreaban las canciones y alucinaban cada vez que Totoro, Gatobus o alguno de sus amigos hacían aparición en pantalla. Para ello hay que reconocer también el gran trabajo de Syfy y los cines de Callao con múltiples actividades, sesión de maquillaje, un mural para que los niños pintaran y equilibristas entre otras cosas hicieron las delicias de los chiquitines. Y una vez comenzada la proyección de la joya de Ghibli el público adulto no se ha quedado atrás y lo ha dado todo en ésta acertadísima sesión Syfy Kids, y es que no se me podría ocurrir mejor película para iniciar a los niños en el amor por el cine.
Tras una breve pausa de avituallamiento y recolecta de cafeína en diferentes formatos comenzábamos la tarde con animación de nuevo y la gratísima sorpresa que ha supuesto The Song of the Sea, con múltiples reminiscencias a las leyendas celtas, la película de Tomm Moore ha maravillado al público con su precioso dibujo y una historia llena de metáforas para el público más adulto, al finalizar se han visto muchas lagrimas entre los festivaleros y es que hasta los más frikis tenemos nuestro corazoncito y el bonito cuento sobre los Selkies ha gustado y emocionado a partes iguales al personal y es que además de su belleza el film esconde una carga dramática bastante importante sobre la importancia de ser capaz de aceptar las pérdidas. Una de las mejores películas de la muestra y una de las mayores recomendaciones de éste año.
Con Goodnight Mommy comenzaban mis dudas ya que fue una de las películas que menos me gustó de Sitges, pero decidí darle otra oportunidad, la historia de dos hermanos que sospechan ante la extraña actitud de su madre al volver a casa. Y efectivamente me reafirmo en mi opinión de entonces, lenta, aburrida y carente de sustancia al margen de intentar impactar por alguna imagen de tortura y el giro final, que por cierto una vez que lo conoces a la película se le ven las costuras y las trampas en más de una ocasión. Una película que ha gustado bastante tanto en Sitges como aquí por lo que supongo que el problema debe ser mío, pero yo calificaría a la película de regular siendo muy generoso en el adjetivo.
Después de que los asistentes reconsideraran sus ganas de ser padres un poco de relax y de romanticismo en la Muestra Syfy con Spring, con la que ha habido una división de opiniones bastante grande, como muy bien ha dicho Leticia Dolera, es como una película de Richard Linklater con trasfondo sobrenatural, el romance entre Evan y Louise ha aburrido a algunos por la parsimonia de su propuesta, mucho diálogo y poca acción, a mi personalmente me ha gustado bastante y es que éste tipo de films lentos y reposados que avanzan a base de conversaciones me suelen conquistar, cierto es que quizás abusa un poco de los estereotipos sobre americanos y europeos, se hace algo larga en algunos momentos y que el final es cuanto menos abrupto pero para mi es una de las destacadas de la Muestra de éste año, una extraña mezcla de comedia romántica indie y película con monstruo que se toma su tiempo para desarrollar la trama. Antes pudimos ver Sangre de Unicornio, un corto tan original como gamberro, muchas risas para el mejor corto visto hasta ahora en la Muestra y ganas de un spin off sobre el oso cabrón.
Y para la noche teníamos reservado Cub, Boyscouts, bullying y un niño cabronazo han sido los ingredientes principales de la película belga que sin ser ninguna maravilla ha entretenido que eso ya es bastante viendo el nivel de éste año. Con un estilo que homenajea a los films de terror de videoclub de los años 80 a la película le falta algo de sangre y mala leche y menor previsibilidad en su desarrollo, eso si, estéticamente la creación de los villanos está muy conseguida y podía haber dado para más si hubieran arriesgado más. La pretendida reflexión sobre de dónde surge la violencia se queda un poco coja y como divertimento para ver muertes y torturas ingeniosas tampoco acaba de funcionar, una película muy festivalera pero que dude que funcione a nivel comercial o incluso doméstico. Llama la atención eso si el premio para su director en Sitges, ya que su realización ni destaca ni sorprende, careciendo de ningún tipo de personalidad y siendo de un genérico que tira para atrás. Sobre el corto 365 mejor no decir demasiado porque serían 365 improperios.
Y por la madrugada quedaba Crazy Bitches, con la esperanza de pasar un final del día divertido tras la decepción que supuso Hunger of the Dead. La cosa empezó bien, con la llegada por fin del chocolate, otro clásico de la muestra y la simpática presentación por parte de Leticia Dolera y Chris Orchart, las únicas risas de la noche se escucharon en ese momento porque a continuación tuvimos la desgracia de ver una mezcla entre Mujeres Desesperadas y una novela de Corin Tellado, un presunto slasher en el que apenas había sangre y menos humor que en un Debate sobre el Estado de la Nación, una auténtica basura que ha iniciado el segundo debate del día en Twitter, la calidad de las películas de la sesión golfa de éste año, y es que partiendo de la base de que es la sesión en la que somos menos exigentes respecto a niveles de calidad y solo se pide risas y diversión éste año hemos tenido dos de las probablemente peores películas que ha tenido la Muestra en toda su existencia.
Para el último día dejamos la jornada Sitges, ya que de las cuatro películas que se proyectaran tres de ellas ya se pudieron ver en el Festival catalán, tengo una malsana curiosidad por ver como responde el público ante Under the Skin, le daré otra oportunidad a A Girl Walks Home Alone at Night a ver si ésta vez no me parece un ejercicio de estilo sin demasiado fondo y por la tarde repetiré con Jamie Mark is Dead, que sin llegar a entusiasmarme se dejaba ver, aunque me temo que con ciertas escenas va a haber cachondeito, eso si, en primer lugar estará LFO que por ser la única que aún no he visto será la que coja con más ganas.
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