Después de la gran respuesta en forma de visitas (algo que
os agradezco enormemente) en la entrevista a Roberto Carrasco llega el momento de hablar con otro de los finalistas en la categoría de mejor cortometraje, en ésta ocasión Luis Mata, con su corto Máquinas.
Recordad que podéis consultar a todos los nominados en la propia web de los Blogos de Oro y que ya queda poco menos de una semana para la gala online que podréis seguir el Domingo 29 de Marzo vía Twitter, a través del hashtag #BlogosdeOro, esperamos veros a todos allí y sobre todo que comentéis y pasemos entre todos un buen rato.
En primer lugar me gustaría hacerte la misma pregunta que a tu compañero Roberto. Qué te parecen éste tipo de premios como los Blogos de Oro en el que os sometéis tan directamente a la opinión de los aficionados al cine, sin marketing o campañas promocionales ¿no te parece que es algo más cercano a lo que podría ser la opinión del espectador?
Creo que cada vez hay más maneras de que que esta opinión
popular se vea reflejada. Quizá estos Blogos sean una forma más, evitando
opiniones 'elitistas' que pueden venir marcadas por intereses puramente
comerciales. Por ejemplo, yo soy muy fan de webs como FilmAffinity, donde todo
el mundo puede hacer su propia reseña. A veces te encuentras opiniones mucho
más interesantes que las de críticos establecidos. También, es cierto, hay que
saber filtrar, porque en ocasiones lees algunas cosas...
Por lo que se puede ver en su poster promocional, el cortometraje ha sido elegido en varias secciones oficiales, ¿cómo está siendo su paso por los festivales?
Desde que el corto estuvo terminado he podido contar con una
distribuidora que ha hecho el 'trabajo sucio' de moverlo por festivales de todo
el mundo. Han sido seis meses de distribución, y el corto ha sido enviado a
cientos de festivales. Lo malo de este tipo de eventos es que rara vez tienes
un feedback. No sabes si ha gustado o no, porqué ha sido seleccionado o porqué
no... Incluso en sitios donde he sido seleccionado, ha sido imposible mantener
un contacto directo con los organizadores. De hecho, alguna de las selecciones han
sido comunicadas una vez que el festival ya había terminado, con lo cual la
sensación que se te queda es un poco agridulce. Imagino que los organizadores
de un festival deben de tener mucho trabajo, pero... ¿hasta ese punto?.
En Máquinas los actores tienen una gran presencia, ¿desde un primer momento pensaste en Josan Grau y Félix Granado?, ¿cómo fue tu trabajo con ellos?
Desde el primer momento me creé una imagen mental de los
protagonistas. Casi de casualidad di con ellos, vi algunos trabajos suyos... y
me encajaron a la perfección. Cuando se lo propuse, ambos aceptaron de
primeras, así que hasta ahí todo fue perfecto. No tuve siquiera que hacer
casting. El problema llegó a la hora de ensayar y preparar los personajes. Ya
sabes, problemas de tiempo, agendas... y apenas pudimos ensayar. Cuando
llegamos a rodaje, ellos llevaban su propia propuesta del personaje, e incluso
aportaron algunas cosas que yo no esperaba. Así que por una parte estoy
contento con el resultado. Pero por otra, la verdad es que me hubiera gustado
poder trabajar más en ese aspecto, probar más registros, más posibilidades...
Cuando estás en rodaje el tiempo es muy limitado y ya no hay tiempo para
experimentos.
Además de la labor actoral algo que me ha gustado mucho es el ambiente en que se mueve la acción con esa sensación de ahogo y tensión creciente, la luz, la música, todo parece indicar que algo puede suceder en cualquier momento, ¿buscabas conseguir ese efecto en el espectador?
Sin duda. Todo lo referente al apartado técnico, la luz, la
ambientación, la atmósfera... estaba muy pensado de antemano. Y aquí es donde
quiero resaltar y agradecer la labor de un equipo humano profesional que ha
estado implicado al 100%. Fotografía, arte, sonido, montaje, música,
grafismo... todos son profesionales expertos que han tenido una paciencia
inagotable conmigo, con los diferentes cambios que ha habido en el proceso de
postproducción. Y todos haciendo huecos en agendas muy apretadas. No tengo más
que palabras de agradecimiento para todos ellos. No sé si el resultado final es
el más acertado, a veces tengo la sensación de que todo es demasiado solemne.
Pero lo que sí sé es que se acerca mucho a lo que yo tenía en mente en un
principio. Así que supongo que eso puede considerarse un éxito.
Hay un momento en que Carlos mira hacia la ventana y piensa en alto, en el que parece que puede estar hablando de su situación personal en ese momento pero en el fondo es una reflexión en la que todos nos podemos sentir identificados, con cierta sensación de decepción en el paso de la juventud a la madurez.
Estoy totalmente de acuerdo. Creo que el que más o el que
menos, llegado a un punto en su vida, tiene que hacer balance, y
desgraciadamente tendemos a centrarnos en las cosas que no hemos conseguido o
no nos hemos atrevido a intentar. Ese fue el plano que más nos costó rodar:
conseguir que el travelling coincidiera con el movimiento de Josan, su tensión,
su diálogo... Creo que a nivel visual es un plano muy conseguido, y Josan está
perfecto. Pero también, y citando a mi gran amigo y gran cineasta Marcus Carús,
es el momento del monstruo del subtexto. Es decir, es un momento en el
que se cuenta de manera explícita el problema de fondo de la historia, y eso es
algo que debería estar latente en la trama sin necesidad de ponerlo en
palabras. Creo que es un típico fallo de guionista que quiere introducir algo
que a él le parece muy importante explicar, pero que al final va en detrimento
de la historia.
Si no me equivoco Máquinas es tu primer corto, ¿esperabas una respuesta tan buena por parte de público y festivales?
No sabría decirte si la respuesta ha sido tan buena o no.
Por una parte, el público, al menos de primera mano, me ha hecho llegar
opiniones de todo tipo. Desde gente a la que le ha encantado y se ha visto
reflejada perfectamente en la historia, hasta otros que no han entendido nada
de lo que estaba pasando. En cuanto a los festivales, como te he dicho antes,
ha sido enviado a cientos de ellos. Y cinco selecciones oficiales tampoco es
como para tirar cohetes. Pero también es cierto que hay una competencia brutal,
hay miles de cortos moviéndose por todo el mundo, algunos de una calidad
asombrosa. Tengo la sensación, aunque aquí puedo equivocarme, de que los
programadores de los festivales suelen preferir historias más directas, más
basadas en la anécdota: chascarrillos, cosas de pareja, etc... O también las
que apelan al lado más sensible del espectador: desigualdades, enfermedades,
injusticias... Y sé que esta es una historia que no pone las cosas muy fáciles
al espectador.
¿Como es la tarea de compaginar tu trabajo con tu afición por el mundo del cine, crees que en algún momento podrás vivir solo de tu trabajo como director?
Lo primero que tengo que decir es que no tengo la intención
de poder vivir de dirigir. No creo que sea algo factible, y menos en este
país... y ni siquiera sé si me gustaría. He trabajado muchos años en el mundo
de los rodajes de publicidad, viendo cómo los medios humanos y económicos para
poner en marcha un anuncio de un detergente, por ejemplo, eran
desproporcionados. Así que la idea del corto vino un poco como un capricho de
poder tener a mi disposición esos mismos medios para contar algo mío. Mi
trabajo actual no tiene nada que ver con el mundo del cine, y estoy contento de
que sea así. No me gusta definirme, y eso me da libertad para poder decidir si
quiero dirigir, escribir, o hacer títeres como John Cusak en 'Cómo ser John
Malkovich'.
En una época con mucha polémica respecto a la piratería por un lado y el IVA cultural por otro, ¿cual crees que serían los pasos a seguir para conseguir atraer a un público cada vez más ávido de nuevos contenidos pero inmerso aún en una crisis económica?
Desafortunadamente, no tengo la respuesta a eso. Sería algo
así como tener la fórmula de la Coca Cola. Lo que sí es es que la subida del
IVA es una de las peores decisiones que se han tomado en este país respecto a
la cultura. Pero también soy consciente del problema cultural subyacente que
nos rodea, donde una gran parte de la gente piensa que tiene derecho a disponer
de manera gratuita de todo el material que desee, y prefieren gastarse 10 euros
en unas cañas que en una película, un libro o un disco. Y eso, también, duele.
Por último Luis, ¿cuáles son tus próximos proyectos, estás inmerso en algún nuevo rodaje o escribiendo algo nuevo?
Estoy escribiendo algo, sí, pero no es un guión, no está
pensado para ser rodado. En realidad escribo mucha más literatura, relatos,
cuentos... que proyectos audiovisuales. Aunque sí es cierto que muchos de ellos
tienen un cierto aire 'cinematográfico'. Al que le interese, puede leerlos en palabrasenunared.blogspot.com.
De todos modos, antes que escritor, director o lo que sea, lo que soy es
procrastinador profesional. Ya sabes, no hagas hoy lo que puedas dejar para
mañana. Así que no tengo ni idea de cuándo podrá estar listo este nuevo
proyecto.
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