Los Mitchell contra las máquinas. Título original: The Mitchells vs the Machines
Directores: Michael Rianda, Jeff Lowe
Actores: (Voces de) Abbi Jacobson, Danny McBride, Maya Rudolph, Michael Rianda, Eric André, Olivia Colman
Guión: Jeff Lowe, Mike Rianda
Productores: Phil Lord, Christopher Miller, Kurt Albrecht
Montaje: Greg Levitan
Música: Mark Mothersbaugh
Producción: Sony Pictures Animation, Lord Miller, Columbia Pictures
En el año en el que (al fin) se ha levantado la voz sobre un posible cambio de tornas en el reino de la animación, no a nivel de premios, donde Pixar y Disney siguen manteniendo una férrea dictadura, pero si a nivel de espectadores, con Cartoon Saloon creciendo en popularidad a cada película, Laika Entertainment lanzando una joya tras otra o Aardman Animations manteniendo el listón altísimo año tras año, tal vez habría que recordar que dos jóvenes creadores han revolucionado el campo de la animación en apenas siete años.
Y puede parecer injusto comenzar una crítica refiriéndose a los productores del film, pero es también de justicia reconocer su influencia en el campo de la animación en los últimos años y es que aunque si ya con Lluvia de albóndigas llamaron la atención de los aficionados al género, con La Lego Película definitivamente se hicieron un lugar de honor en la industria y sus colaboraciones con Sony en la sobresaliente Spiderman: Un nuevo universo y esta Los Mitchell contra las máquinas les coloca directamente en la lucha por el trono en el reino de la animación.
Los Mitchell contra las máquinas a priori parece partir de lugares comunes, desde las dificultades paternas para aceptar el abandono del nido de los hijos en el plano más emocional hasta la rebelión de las máquinas contra el hombre en la vertiente más aventurera del film, pero su desbordante personalidad pronto deja claro que nos encontramos ante una película que se puede definir de muchos modos menos tópica.
Puede que la principal virtud del film de Michael Rianda y Jeff Lowe (si hablábamos de Lord y Miller, ojo a éste dúo también, guionistas de Gravity Falls y (Des)Encanto respectivamente, casi nada) sea su capacidad para funcionar a la perfección en distintos planos, desde su divertida defensa de una familia tan disfuncional como adorable, el coming of age adolescente, con una protagonista que crece a pasos agigantados durante la película a la vez que logra reconectar con su familia en un viaje tan chiflado como entrañable o una reflexión sobre nuestro uso de la tecnología que lejos de querer ser moralista muestra por igual sus ventajas y comodidades a la vez que los peligros de una excesiva dependencia de esta.
Los Mitchell contra las máquinas se configura formalmente como una road movie, la del viaje de Katie con su familia, en el último intento desesperado de Rick de reconectar con su hija antes de que esta abandone el hogar para ingresar en la universidad. En pleno viaje una inteligencia artificial decide rebelarse convirtiéndoles en la única esperanza de la humanidad a la vez que tratan de solucionar sus propios problemas de familia.
A nivel estético la película es absolutamente asombrosa con una mezcla de animación tradicional, diseños en 3D y momentos de delicioso surrealismo cargados de humor cartoon que nos atrapan en la delirantemente divertida visión de la realidad de su protagonista.
Aunque el auténtico corazón de Los Mitchell contra las máquinas son sus personajes y la habilidad del film para otorgarles importancia y que todos tengan su momento, con especial importancia evidentemente para la relación entre ese padre sobreprotector y temeroso de perder a su pequeña y una joven adolescente deseosa de encontrar su lugar en el mundo lejos del hogar, pero también con momentos para una madre tan conciliadora como luchadora por su familia (el giro final de su personalidad es una maravilla absoluta) o un hermano pequeño entre la pubertad y la niñez. Imposible olvidarse también de la pareja de robots defectuosos o el perro de la familia (¿o era un cerdo?) que ofrece los mejores momentos cómicos del film.
Los Mitchell contra las máquinas combina acción y comedia, aventuras y emociones con una galería de personajes a la que es imposible no amar, con una animación espectacular y un guion tan acertado que nos hace reír y nos emociona a partes iguales, suena pronto para decirlo, pero estamos sin duda ante una de las películas del año y una nueva joya en el terreno de la animación.
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