Por problemas logísticos me he perdido el turno de mañana pero por lo visto Inmersión ha confirmado las malas críticas que ya traía y ha decepcionado a la gran mayoría de los asistentes, confirmando la maldición de las películas de inauguración, así que la pérdida al final no ha sido para tanto.
Día 1 @sansebastianfes. Película 475-2017: (*) "Inmersión" (Wim Wenders)."La esperanza no tiene límites"... pero el aburrimiento sí#65SSIFF pic.twitter.com/IXSPb6AYWM— Cinepastor (@cinepastor) 22 de septiembre de 2017
Mi festival comenzaba con Call me by your name, que en ésta ocasión si venía respaldad por grandes críticas en los anteriores festivales por lo que había pasado. El film de Luca Guadagnino es una historia de amor tan bella como amarga, el film destaca por la exquisita sensibilidad con la que trata un tema que podía caer en lo morboso y lo facilón, la relación que se establece entre un joven americano y el nuevo ayudante de su profesor, si bien es cierto que por momentos se hace algo larga y repetitiva, también lo es que sus protagonistas salvan cualquiera de estos inconvenientes, desde los protagonistas hasta un Michael Stuhlbarg que de nuevo vuelve a hacer oro de un personaje secundario. El clímax final es tan emocionante como portentoso su último plano que ha dejado a los espectadores con un nudo en la garganta y nos ha dejado 30 segundos sin reaccionar hasta que el Teatro Principal ha irrumpido en aplausos. Aunque algo irregular desde ya se convierte en una de las indispensables de esta edición.
Mucho público de nuevo en el Teatro Principal para ver la española El Autor. Había ganas de ver lo nuevo de Manuel Martín Cuenca después de su éxito con Caníbal y sobre todo curiosidad con la película tras ganar el premio FRIPESCI en el Festival de Toronto.
En El Autor destaca sobremanera la labor de un excelente Javier Gutiérrez, desde ya digo que casi seguro ganador del Premio Feroz del festival, y la habilidad de su original enfoque para llegar a la comedia desde el más absoluto patetismo de su protagonista, pero más allá de eso su jugueteo con la metaficción y la premisa del escritor sin talento que comienza a manipular la vida de las personas que tiene alrededor para escribir su propia historia se queda algo corta, no se puede criticar nada en exceso de ella, pero si deja cierta sensación de vacío, de falta de mala leche, de quedarse en un Mientras Duermes ablandado sin su genialidad. El guión enseguida muestra sus cartas y se vuelve a ellas una y otra vez de manera recurrente, el resto de personajes quedan tan a la sombra de Gutiérrez que apenas si importan, y salvo un giro final no demasiado sorprendente, la película supera el aprobado gracias a su protagonista, las escasas apariciones de Antonio de la Torre y María León y algún que otro gag afortunado. Sin ser mala, absolutamente prescindible.
En los festivales a veces hay que apostar, son muchas películas y hay que tomar decisiones, para cerrar el primer día la apuesta segura parecía The Square, reciente ganadora de la Palma de Oro en Cannes, pero siendo el primer día, con el cansancio acumulado del viaje, podía hacerse un poquito densa, en fin, que podría buscar más excusas, pero como me gusta el riesgo me he ido a por Fireworks, Should we see it frome the side or the bottom? (y solo voy a poner el título esta vez que madre mía), y la apuesta ha fallado.
Después del pelotazo del año pasado con Your Name que probablemente ni la propia organización se esperara, el festival ha decidido contar de nuevo con la animación (algo siempre de agradecer) en una de sus proyecciones especiales, pero esta vez la moneda cayó por el lado malo. La temática de saltos temporales y multiversos es bastante común entre los animes japoneses, desde La chica que saltaba a través del tiempo, la propia Your Name o series como Higurashi No Naku Koro Ni hay multitud de ejemplos en los que se juega con diferentes variantes de este género, y os puedo asegurar que absolutamente todos estos y cualquiera que se os pueda ocurrir lo hace mejor que esta Fireworks ... que se convierte en el primer bodrio de este festival.
Deserciones masivas, ronquidos poco disimulados, resoplidos de indignación y risas nerviosas han sido el resultado de esta película en la que un joven revive un día una y otra vez para intentar cambiar su destino y el de la chica a la que ama. Aburrida, repetitiva e incluso ridícula por momentos (ese número musical es abominable), era difícil que una película de la que no se esperaba nada más que un rato de entretenimiento sin pretensiones decepcionara de tal modo, pues bien Fireworks ... lo ha conseguido con creces, eso si, ha servido para echar unas risas a la salida ante semejante esperpento, película a evitar por todos los medios.
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