Director: Dagur Kári
Actores: Gunnar Jónsson, Ilmur Kristjánsdóttir, Sigurjón Kjartansson, Margrét Helga Johánnsdottir, Franziska Una Dagsdóttir
Guión: Dagur Kári
Productores: Agnes Johansen, Baltasar Kormakur
Montaje: Olivier Bugge Coutté, Andri Steinn
Fotografía: Rasmus Videbaek
Música: Karsten Fundal, Dagur Kári
Producción: RVK Studios, Nimbus Film Productions, Blueeyes Productions
A veces nos perdemos entre espectáculos de acción, sagas, universos compartidos, superhéroes o galaxias muy lejanas y olvidamos el valor del cine como instrumento para contar historias, para compartir momentos y sentimientos universales, para emocionarnos, para divertirnos y para asombrarnos. Corazón gigante vuelve a la vieja escuela del cine, la de contar la historia de un personaje y como un hecho circunstancial cambia todo su mundo.
Fusi es un gigante bonachón de 43 años que aún sigue viviendo con su madre, tímido hasta el extremo de bordar la inadaptación, es feliz en el pequeño mundo que ha creado para sí mismo, soporta las burlas y vejaciones a los que le someten por su aspecto físico porque no alberga la maldad en su interior, pero el día de su cumpleaños el novio de su madre le regala un curso de baile, con la esperanza de que conozca allí a alguna mujer.
Corazón gigante se puede ver desde muchos prismas distintos, el del viaje iniciático tardío, el de la comedia romántica, drama social, hiperrealismo, retrato amable de un inadaptado y todos serán correctos, porque la historia de Fusi es tan grande como su protagonista y a la vez tan sencilla como su modo de ver la vida. Corazón gigante es un compendio de psicología y sociología, desde el bullying hasta la bipolaridad, desde la madre acaparadora hasta la inmadurez y por supuesto el amor como motor para cambiar las cosas, como llave para descubrir nuevos horizontes.
Fusi se encuentra cómodo entre niños, porque como ellos, ve las cosas de manera simple, sin buscar la maldad ni las segundas intenciones, sin embargo es el encuentro con Sjöfn el que agita toda su vida, un personaje herido, roto por dentro que necesita de su ayuda y que actúa como catalizador para que Fusi vaya dando pequeños pasos de gigante, venciendo todos los miedos y abriéndose a la vida, a amar pero también a sufrir.
Es inevitable sentirse maravillado ante la monumental actuación de Gunnar Jonsson, llena de delicadeza, ternura y matices que consigue que nos enamoremos de Fusi desde un primer momento, Jonsson crea a la bondad personificada a través de miradas, detalles y silencios, monosilabos en el mejor de los casos pero siempre llenos de significado.
Dagur Kari se nos descubre como un notable director tan capaz de aprovechar la exhibición de Jonsson buscando siempre el primer plano como de narrar en la recurrente contraposición de la imagen de Fussi en un cálido interior observando el gélido e inhospito exterior al que se resiste a salir. El film está lleno de imágenes simbólicas que reafirman y profundizan en el guión escrito por el mismo Kari que en una triple vertiente se encarga también de una Banda Sonora tan bella como delicada.
En otras manos Corazón Gigante se hubiera lanzado hacia la sensiblería de la lucha del inadaptado por ser aceptado o incluso hacia la comedia romántica pero Kari se empeña de huir de clichés y nos muestra una historia real de crecimiento personal tardío, de lucha contra nuestras propias limitaciones, tierna si, pero a la vez dolorosa, que te mantiene con una sonrisa a la vez que te está desgarrando por dentro, la esperanza y la tristeza se unen en esos minutos finales que si bien pueden ser los más convencionales del film son la consecuencia lógica del viaje vital iniciado por nuestro protagonista.
La historia de Fusi es algo pequeñito que quieres guardar dentro de ti y no olvidarlo pero a la vez es algo tan grande que quieres compartir con todos. Corazón gigante es una película que sin duda cualquier amante de un cine un poco más personal e introspectivo debería ver.
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