Ninja Turtles

Ninja Turtles. Título original: Teenage Mutant Ninja Turtles

Director: Jonathan Liebesman

Actores: Megan Fox, Will Arnett, William Fichtner, Alan Richtson, Noel Fisher, Pete Ploszek y Jeremy Howard.

Guión: Josh Appelbaum, André Nemec y Evan Daugherty. Basada en los creados por Peter Laird y Kevin Eastman.

Productores: Michael Bay, Ian Bryce, Andrew Form, Bradley Fuller, Scott Mednick y Gallen Walker.

Montaje: Joel Negron y Glen Scantlebury.

Fotografía: Lula Carvalho.

Música: Brian Tyler.

Producción: Paramount Pictures y Nickelodeon Movies.


Hay películas que no paran de mandarte señales para que no las veas, pero a veces uno, cabezota irredento se niega a escucharlas y hace más caso a otros razonamientos como la nostalgia, el aprovechar la fiesta del cine que total ya que sale más barato pues me arriesgo, o la necesidad de ver de vez en cuando algo en lo que puedas dejar el cerebro fuera y disfrutar de un espectáculo visual sin más.

El problema de Ninja Turtles es que ni funciona como ejercicio de nostalgia hacia los que crecimos con la película de los 90 (que con muchos menos medios conseguía ese grado de simpatía que hace que se le perdonen ciertas carencias), ya ni hablar de la fantástica serie animada, y por otro lado tampoco tiene éxito como película de acción sin pretensiones.



Siguiendo la historia de la película que ya conocemos todos, de tortugas que gracias a un gen se convierten en unos mutantes con fuerza casi sobrehumana y que se esconden con su maestro entre las alcantarillas hasta que la amenaza del Shredder y el clan del pie les obliga a salir de su escondite (curioso que para calcar la trama inicial de la película de los 90 hagan falta tres guionistas), Ninja Turtles fracasa básicamente por su incapacidad para hacer que las tortugas nos caigan simpáticas, con un grupo lleno de tópicos y cliches, desde el líder inseguro, pasando por el segundón rebelde e independiente, el geek amante de la tecnología (con sus gafas de pasta, como no) y el típico graciosete estilo gangsta rap. Lejos del carisma de sus antecesores cinematográficos y televisivos esta versión actualizada de los quelonios se hace cansina y pesada.

En el apartado humano tampoco mejora mucho la cosa, Megan Fox pues haciendo basicamente de ... Megan Fox, con su ya clásico plano al culo, marca de la casa Bay, y Will Arnett en un papel de intento de galán payasete (sinceramente viéndole en Arrested Development se merece mucho más), el único que se podría salvar minimamente es William Fichtner, que si bien es cierto que se pasa la película con el piloto automático puesto haciendo el papel de siempre y esperando a cobrar el cheque, solo con eso ya le da para ser el mejor del film, ese es el nivel que tiene la cosa.

Plagada de escenas y diálogos bochornosos (¿al turrón?, en serio a quién se le ocurrió traducir esa frase) ni siquiera destaca en el terreno de la acción, que debería ser precisamente su punto fuerte, con peleas sin ningún toque novedoso ni minimamente original, y es que hasta las escenas que podrían ser más resultonas (esa persecución y caída por la nieve) fracasan por el hecho de que están rodadas de manera tan confusa que es difícil situarte en la acción y saber quién está en cada lugar y en cada momento, no hay ni un solo momento en que la emoción o la adrenalina hagan acto de presencia en el espectador.

En serio, siempre intento buscarle algún punto positivo a cada película, pero en éste caso es tal el despropósito y son tantos los puntos negativos del film que me considero incapaz de hacerlo, ni como entretenimiento para los niños (hay opciones muchísimo mejores) ni como pasatiempo descerebrado, Ninja Turtles es una película que deberíais intentar evitar por vuestro bien (los amigos Ricky en Frickyblog y Alejandro en la claqueta metálica tienen una opinión parecida), y si por alguna razón acabáis viéndola, al margen del tiempo perdido, no os preocupéis, en pocos días desaparecerá de vuestras cabezas, así de mala es.