Wonka
Director: Paul King
Reparto: Timothee Chalamet, Calah Lane, Olivia Colman, Paterson Joseph, Keegan Michael Key, Jim Carter, Freya Parker, Rakhee Thakrar
Guion: Simon Farnaby, Paul King (Basado en los personajes de Roald Dahl)
Productores: Alexandra Derbyshire, David Heyman, Luke Kelly
Montaje: Mark Everson
Fotografía: Chung hoon Chung
Música: Joby Talbot
Producción: Warner Bros, Village Roadshow Pictures, Heyday Films
Wonka era una triple apuesta complicada, en primer lugar por atreverse a citar el universo de Roald Dahl sin adaptarlo, también por ser el siguiente proyecto de un Paul King al que casi cualquier amante del cine le rogaría que dejara todo para completar su trilogía sobre Paddington y por último por una decisión de casting arriesgadísima y es que pocos veíamos a Timothee Chalamet como el Willy Wonka perfecto.
Wonka es una suerte de precuela de Charlie y la fábrica de chocolate para dar un origen al maestro chocolatero que sin embargo se aleja mucho de la imagen que hemos visto hasta ahora de él, con unas raíces claramente dickensianas pero sin alejarse del colorido optimismo que ya es marca de la casa de su director.
Si el pequeño Charlie se apoyaba en su familia para vencer a las adversidades, aquí la aventura de Willy más allá de convertirse en el maestro chocolatero que está destinado a ser está precisamente es vencer su soledad tras la pérdida de su madre.
Venciendo a sus dos primeras trabas el nuevo trabajo de King mantiene intactas las señas de identidad de su director con un trabajo cargado de emotividad y buenas intenciones sabiendo bordear siempre el arriesgado empalago emocional a la vez que absorbe el mundo de Dahl contando una historia completamente nueva.
Pero más allá de una fotografía y diseños de producción absolutamente deliciosos y unos números musicales que sin llegar a ser memorables si que cumplen a la perfección para convertir este mundo en un espectáculo tan divertido como espectacular, el gran acierto del film es un casting prácticamente perfecto, con un grupo de secundarios sin tacha, desde el Oompa Loompa de Grant que por mucho que haya declarado pasarlo fatal con la detección de movimientos destila carisma y cinismo británico a partes iguales, una Olivia Colman perfecta como villana dickensiana o un Keegan tan extravagante como divertido. Pero la palma se la llevan tanto Calah Lane convertida en el perfecto contrapunto del protagonista, como un Timothee Chalamet que desde su primera aparición en pantalla hace desaparecer cualquier duda sobre su idoneidad por sus anteriores trabajos más deprimentes y pesimistas, componiendo aquí un Wonka que desde su primera mirada a cámara desprende luz, positividad y esa energía vital que necesita este personaje para guiarnos en un precioso cuento de navidad en el que siempre estamos seguros de que todo va a salir bien y a pesar de (o precisamente por) ello nunca dejamos de disfrutar del viaje.
Tan espectacular y divertida como mágica y tierna, Wonka no solo es la feel good movie de esta navidad si no que oposita con fuerza a convertirse en futuro clásico del cine familiar.
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