Aquaman y el reino perdido. Título original: Aquaman and the lost kingdom
Director: James Wan
Reparto: Jason Momoa, Patrick Wilson, Yahya Abdul Mateen II, Amber Heard, Nicole Kidman, Dolph Lundgren, Randall Park, Temuera Morrison
Guion: David Leslie Johnson McGoldrick, James Wan, Jason Momoa, Thomas Pa'a Sibbett
Productores: Rob Cowan, Peter Safran, James Wan
Montaje: Kirk M Morri
Fotografía: Don Burgess
Música: Rupert Gregson Williams
Producción: Warner Bros, DC Entertainment, Atomic Monster, The Safran Company
Se hace difícil recordar que había algo llamado DCEU, ese universo compartido creado de manera artificial para competir con el de Marvel y que solo fue capaz de adelantarse a este en su decadencia. Ahora llega por fin a su cierre después de tantos intentos de revivir algo que desde el comienzo nació muerto y curiosamente lo hace con la secuela de su mayor éxito a nivel de público, pero a pesar de ello se despide como un perfecto resumen de toda esta época, con una sensación que mezcla la decepción y el bochorno.
Aquaman fue una agradable sorpresa para el público pero más aún para sus creadores y distribuidores y es que la cinta de James Wan consiguió gracias a su desvergüenza y apuesta por la diversión pura el bombazo que llevaban años esperando en DC con cifras al fin por encima de los 1000 millones, algo que parecía solo reservado a sus vecinos superheroicos.
Cinco años después la situación ha cambiado por completo y es que de la esperanza a que el éxito del superhéroe acuático supusiera por fin el click que hiciera funcionar algo mucho más grande se ha pasado no ya a una sensación de despedida, si no más bien de indefinición con una película que no sabe muy bien dónde está, qué quiere contar y hacia donde se dirige.
Aquaman y el reino perdido se podría entender como una aventura individual más de Arthur Curry por supuesto y sin embargo no deja de planear sobre ella la sensación de estar presa de todos los males del universo al que pertenece.
Cargando aún más hacia su vertiente cómica la cinta intenta no despegarse de lo que le hizo triunfar en su primera entrega, el carisma de Momoa (aquí reducido a la más mínima expresión), el buen hacer de Patrick Wilson como antagonista (quizás lo más acertado del film) y la amenaza de un Yahya Abdul Mateen II más enfadado aún que en la anterior aventura.
Sin embargo todo lo que triunfaba en la primera entrega fracasa aquí estrepitosamente, comenzando por una acción pobre, torpe que incluso por momentos da la impresión de tener a un Wan desganado tras las cámaras pues cuesta creer que es el autor de la cinta. La unión a la fuerza entre hermanos que provoca una pequeña buddy movie entre Momoa y Wilson es quizás lo más destacable de una película con un guion confuso que se desarrolla de manera deslavazada y sin ningún atractivo visual con una exceso de colorinchi que si bien en la anterior entrega combinaba perfectamente con el aire festivo de la misma en esta ocasión parece totalmente fuera de lugar con lo que se está contando.
Black Manta naufraga completamente como villano principal, Aquaman se nos revela tristemente como un héroe que no parece tener mucho más que contar y descubrimos que Orm funcionaba mucho mejor como enemigo que como sidekick, la trama del tridente negro nunca acaba de arrancar y el resto de secundarios quedan apenas reducidos a la nada ante un film que parece tan agotado de sí mismo como el espectador de verlo.
Quizás no tenía demasiadas oportunidades pero es triste ver como lo mejor que nos quedaba en el DCEU también ha caído en la mediocridad de sus últimos estertores y es que Aquaman y el reino perdido nos deja con un sabor de boca horrible y las ganas de hacer absoluto borrón y cuenta nueva con todo este universo.
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