Tar
Director: Todd Field
Actores: Cate Blanchett, Noemie Merlant, Nina Hoss, Mark Strong,
Guion: Todd Field
Productores: Todd Field, Scott Lambert, Alexandra Milchan, Sebastian Fahr Brix, Cate Blanchett
Montaje: Monika Willi
Fotografía: Florian Hoffmeister
Música: Hildur Gudnadottir
Producción: Focus Features, Standard Film Company, EMJAG Productiones
Hay películas que dejan claras sus intenciones desde el principio pero lo de Tár va más allá porque se atreve a hacerlo directamente con sus títulos de crédito. Troleo (divertidísimo y lleno de significado) aparte, el regreso de Todd Field tras 16 años de ausencia y varios proyectos caídos por el camino, es una película llamada a reventar expectativas y crear bandos enfrentados.
El falso biopic de Lydia Tár, exitosa directora de orquesta, en los días previos al momento cúlmen de su carrera sirve a Todd para hacer no tanto una radiografía si no una invitación a la reflexión sobre las dinámicas de poder, la cultura de la cancelación o esos nuevos dioses todopoderosos llamado redes sociales y viralidad.
Lydia Tár es mujer, lesbiana y aún así ha conseguido triunfar en un entorno tan férreo y masculino como es la música clásica y sin embargo su personaje se nos muestra desde el principio con todas las características del hombre que abusa de su poder, chiste a costa de Plácido Domingo incluido y poco disimuladas similitudes con figuras como la de Weinstein.
En una primera entrevista aprendemos que Lydia Tár es una obsesiva del control, maneja el tempo y los silencios, decide cuando parar y acelerar y la película ejerce su narrativa de igual manera, pausada y dilatada mientras nuestra protagonista sigue controlando lo que ocurre a su alrededor, incluida esa alargadísima escena inicial que tantas claves nos da sobre el personaje o un revelador plano secuencia en la que Tár, ama y señora del espacio y la situación comienza intentando enseñar a un alumno para acabar humillándolo públicamente cuando sus opiniones discrepan.
Cate Blanchett, presente en casi cada fotograma del film ejerce, aunque sea redundante, de directora de la función y nos va llevando de manera brillante hacia ese viaje vital de Tár, desde el endiosamiento y la autosuficiencia hasta su posterior caída en los infiernos, haciendo tan creíble su papel que no han sido pocos los espectadores que han googleado el nombre de la directora en busca de un personaje real.
Pero quizás la principal característica de Tár sea el de ser capaz de ofrecer mucho más que el ascenso y caída de un personaje cuasi todopoderoso y es que el film continuamente nos va dejando pequeñas pistas para que la historia se desarrolle mucho más allá de lo que vemos en pantalla, hay una historia principal clara por supuesto, donde el drama escapa hacia la comedia por momentos para acabar convirtiéndose en una pesadilla terrorífica, pero también hay muchos misterios sin resolver, mucho lugar a la interpretación e incluso a las posibles dudas sobre mucho de lo que vemos en pantalla.
Y en este camino nuestra protagonista efectivamente ha perdido el control, el film se desboca y acelera en un tercio final vibrante, casi sacado de otra película, donde tocar fondo adquiere un significado totalmente nuevo y mientras unos aplauden satisfechos el castigo al villano (villana en este caso), otros sospechan hasta donde el sistema no ha vuelto a vencer al que quería derribarlo, o si realmente ha habido algún tipo de justicia para las víctimas mientras la música por supuesto no puede dejar de sonar.
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