Director: James Gunn
Actor: Idris Elba, Margot Robbie, John Cena, Joel Kinnaman, Viola Davis, Daniela Melchior, David Dastmalchian, Peter Capaldi, Juan Diego Botto
Guión: James Gunn
Productores: Peter Safran, Charles Roven, Simon Hatt, Lars P. Winther
Montaje: Fred Raskin, Christian Wagner
Fotografía: Henry Braham
Música: John Murphy
Producción: Warner Bros, DC Comics, DC Entertainment, The Safran Company, Atlas Entertainment
El principio de acción y reacción formulado por Newton suele funcionar en muchos más campos que la física, en muchas ocasiones también en el cine aunque aunque a veces esas reacciones sean algo inesperadas. Cuando en 2014 James Gunn revoluciona el cine de superhéroes con su Guardianes de la Galaxia y después Deadpool confirma el éxito de estos otros superhéroes más gamberros era fácil predecir que DC reaccionaría intentando subirse al carro.
Algo menos matemático pero también altamente probable es que el plan saldría mal una vez que decides cortarle las alas al director, un David Ayer que a la Snyderiana aún clama por sacar a la luz la que considera la auténtica versión de su Escuadrón Suicida.
Pero a veces el azar también juega, porque no creo a nadie capaz de predecir que cuando la alt right decidió acosar a James Gunn por su activismo político sacando a la luz unos tuits antiguos de dudoso gusto, esto iba a llevar a su salida de Marvel para fichar por su eterno enemigo DC y poner en marcha un remake de la película que intentó rivalizar con su mayor éxito.
Como aquí somos fans de Newton, vamos a volver de nuevo a su tercera ley para afirmar que cuando le das un saco de millones y absoluta libertad creativa a un tipo tan brillante como James Gunn, con un material tan a su medida como El escuadrón suicida y ganas de reivindicarse después del ataque sufrido la reacción más lógica es que acabe creando una de las películas más gamberras y divertidas de los últimos tiempos.
Olvidaos de los titulares grandilocuentes y de las hiperbólicas loas que recorren las redes estos días, porque ni James Gunn ha intentado hacer la película definitiva de antihéroes, ni es el arma anti Marvel ni nada similar. Y es que desde el delirante troleo de su prólogo, todo el film será una búsqueda constante en romper las ideas preconcebidas del espectador para superar todas sus expectativas.
A caballo entre el cine bélico y la spoof movie, el mayor acierto del guion de Gunn es ser capaz de no solo presentarnos si no hacer que nos encariñemos de todos y cada uno de los personajes mientras encadena gags pasadísimos de rosca y escenas de acción cada vez más espectaculares.
A esto contribuye especialmente un casting prácticamente perfecto en el que Margot Robbie domina a la perfección a su Harley, John Cena e Idris Elba llegan en el momento más adecuado de sus carreras para interpretar a Peacemaker y Bloodsport con el primero al borde del estrellato que lleva años mereciendo y el segundo en un estado de madurez perfecto para el papel y con Daniela Melchior y David Dastmalchian haciéndose con la escena cada vez que les dejan ocasión. Aunque si hablamos de robaplanos nada comparable a ese tiburón tan hambriento como "amigable" con voz de Sylvester Stallone.
Entre golpes de estado, magnicidios, madres controladoras, ratas, kaijus y destrucción masiva la película avanza con unos niveles de gore y contundencia poco vistos hasta el momento que hará las delicias de los fans de los inicios de Gunn que también tiene tiempo para deslumbrar con escenas tan brillantes e imaginativas como el escape de Harley de la mansión presidencial o un clímax final tan espectacular y sorprendente del que es mejor no decir nada.
El escuadrón suicida no es perfecta, ni falta que le hace, probablemente le sobren minutos y algo de intensidad en los orígenes de algunos de sus personajes si nos ponemos un poco exquisitos, pero es tan cafre y arriesgada en su continua búsqueda de diversión y entretenimiento que me es imposible no acabar completamente a favor de obra al grito de: ¡Comadreja vive, la lucha sigue!.
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