Directora: Cate Shortland
Actores: Scarlett Johansson, Florence Pugh, Rachel Weisz, David Harbour, Ray Winstone, Olga Kurylenko
Guión: Eric Pearson, Jac Schaeffer, Ned Benson
Productores: Kevin Feige, Mitch Bell, Brian Chapek, Nigel Gostelow, Scarlett Johansson, Brad Winderbaum
Montaje: Leigh Folsom Boyd, Matthew Schmidt
Fotografía: Gabriel Beristain
Música: Lorne Balfe
Producción: Marvel Studios
Desde su primera aparición en el MCU hace más de diez años en Iron Man 2 donde se la utilizaba casi más como un reclamo sexual que como un personaje con entidad, el crecimiento de Viuda negra en el universo Marvel ha sido innegable, tanto por el enorme carisma de Scarlett Johansson como por un avance en el modo de representar a las mujeres en el cine de superhéroes que aunque algo tarde, Marvel acabó finalmente sabiendo leer, aumentando el tiempo de su personaje en pantalla, hasta convertirse en una de las grandes protagonistas de Endgame.
La necesidad de al menos una película individual de Natasha Romanoff era algo que parecía evidente y sin embargo la sensación es que llega demasiado tarde tras cerrarse el arco dramático de su personaje en el final de la fase 3 de Marvel.
Con un más que interesante prólogo inicial y unos sobresalientes títulos de crédito (a pesar del horrendo cover que los acompaña) el film nos da apenas unos apuntes sobre la infancia de Natasha y su proceso de conversión en super espía rusa, para situarnos temporalmente entre Capitán América: Civil War y Vengadores: Infinity War con nuestra protagonista huyendo del general Ross. La película por tanto no muestra el tan ansiado origen de Viuda negra si no que nos ofrece una pequeña aventura individual de su protagonista.
Si que descubriremos sin embargo la existencia de la "familia" un tanto disfuncional de Natasha, donde destaca sobremanera Florence Pugh, interpretando a su hermana Yelena, sin duda el personaje más acertado en la mezcla entre comedia y acción de la cinta. No se puede decir lo mismo de una desaprovechada Rachel Weisz o de un bufonesco David Harbour que realmente aportan poco al margen de un par de chistes acertados y algún que otro momento rozando la vergüenza ajena.
Pero el verdadero alma de Viuda negra es ser un thriller de espionaje con Natasha tratando de acabar con la organización que la torturó de pequeña hasta convertirla en una asesina y que creía destruida años atrás.
El proceso de reencuentro con su familia para descubrir las pistas que le lleven a la ubicación de la Sala Roja será el motor de la parte principal del film y tal vez su mayor debilidad y es que todo suena a demasiado visto aquí, las aventuras internacionales de nuestra espía y una serie de setpieces de acción efectivas pero un tanto mecánicas y rutinarias no sorprenden en ningún momento y el film avanza a duras penas gracias a la maravillosa química que se establece entre Pugh y Johansson, sin duda lo mejor de Viuda negra.
Es cierto que su tercio final al menos consigue elevar el nivel medio del film, a pesar de un villano Weinsteniano con demasiada poca entidad, pero con un punto más de espectacularidad en sus escenas de acción. Sin embargo no es suficiente para quitarnos esa sensación de que estamos ante un film de relleno dentro del universo Marvel y que no se ha apostado por darle una historia potente a un personaje que sin duda podía ofrecer mucho más de sí.
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