Última entrega de éste diario sobre el D'A Film Festival , primera experiencia particular en un festival de cine de autor y una magnífica válvula de escape en esta situación de confinamiento que tiene nuestras ansias cinéfagas y cinéfilas cautivas. Una edición cargada de descubrimientos y aprendizaje de un cine menos convencional pero muy interesante.
Evge o Homeward en su título internacional, es la opera prima de Nariman Aliev, director originario de Crimea de tan solo 27 años y que con su estreno en el largometraje consiguió estar en la sección Un Certain Regards del Festival de Cannes. Evge cuenta la historia de un padre y un hijo que deben transportar el cadáver de su hijo y hermano desde Ucrania a Crimea. Así en esta extraña road movie el enfrentamiento entre avance y viejas tradiciones entre padre e hijo refleja la situación de Ucrania y el contexto sociocultural respecto a Crimea. El film tiene momentos potentísimos y se apoya en la gran actuación de sus dos protagonistas, especialmente Akhtem Seitablaev, pero peca por momentos de inverosímil y se atasca en su mensaje con pasajes algo innecesarios y cierta reiteración de ideas.
To the ends of the Earths ha sido probablemente mi película favorita de todo el festival. Kiyoshi Kurosawa lleva muchos años demostrando su versatilidad como director más allá de ser el padrino del J Horror, y aquí lo demuestra una vez más, con una historia a priori sencilla pero que esconde en su interior mucho más de lo que pudiera parecer en un principio.
Yoko es una presentadora de televisión que graba un programa sobre turismo en Uzbekistán, sus distintos rodajes en el país nos introducen en su sensación de soledad y melancolía donde la incomprensión ante el choque cultural o la esclavitud laboral nos va envolviendo de un modo opresivo para descubrir que la impotencia y frustración ante la falta de oportunidades y de realización personal pueden ser absolutamente aterradora, pero incluso en el confín más extraño y diferente puede haber oportunidad para la esperanza.
My Mexican Bretzel ha sido la auténtica sensación en los últimos días de este festival. La película citada por todos como indispensable para ver antes de acabar el D'A, y como es costumbre (y juro que no es postureo) no coincido con la opinión mayoritaria. Le reconozco su ingenio y atrevimiento en una narrativa completamente fuera de lo convencional pero me supera el tedio que me produce su casi inexistente argumento y las limitaciones autoimpuestas de esa narrativa que tanto ha cautivado a la mayoría. Seguramente no era el momento o el lugar, quién sabe, pero no he conectado en absoluto con su propuesta. No eres tú, soy yo.
Comienzo la revisión del palmarés con Abou Leila, ganadora del premio de la crítica del festival. El debut en la dirección de Amin Sidi Boumedine nos sitúa en la Argelia de mediados de los 90 donde una pareja de policías comienza una extraña e hipnótica road movie por el desierto donde lo onírico se mezcla con la rotunda realidad de un país sumido en la guerra y el terrorismo. A pesar de un pequeño epílogo innecesario por sobrexplicativo el film es un tremendo viaje a la locura y una interesantísima reflexión sobre la violencia y la masculinidad más tóxica en un país sumido en una de sus etapas más negras.
A white, white day es un rotundo ejercicio de estilo de Hlynur Palmason apoyado en la incontestable presencia de su protagonista Ingvar Sigurdsson y su maravillosa química con la pequeña Ida Mekkín Hlynsdóttir. Ganadora del premio a la mejor película dentro de la sección Talents, el film sabe conjugar el thriller con el drama pesimista en el proceso de superación de la pérdida y la investigación por la presunta infidelidad de la mujer fallecida de nuestro protagonista.
Los blancos y gélidos ambientes islandeses son el perfecto escenario para un Sigurdsson que viaja desde la contención e incapacidad emocional hasta una explosión de violencia tanto física como emocional que amenaza convertir un drama existencialista en un sangriento revenge.
La Mami ha sido galardonado con una mención especial del jurado del festival. Laura Herrero nos introduce con su documental en el cabaret Barba Azul de Ciudad de México, más concretamente en el baño y vestuario de las trabajadores del cabaret que bailan y beben con los clientes. Sin tomar partido ni opinión, la cámara se limita a observar la vida de estas mujeres sin juzgar sus motivaciones o actos. Sin demasiadas pretensiones a nivel cinematográfico ni una historia realmente potente, es un documental que sin molestarme me ha dejado absolutamente frío e indiferente.
La edición de 2020 de D'A Film Festival se clausura con A Stormy Night, debut en la dirección de David Moragas. El propio director subraya en su introducción la influencia en su cine de las comedias románticas y su opera prima da una pequeña vuelta de tuerca al género (sin obviar sus mecanismos) al observar a dos jóvenes desconocidos que pasarán un día juntos en Nueva York cuando una tormenta retrase el vuelo de uno de ellos.
Choque cultural, distintos modos de vivir la homosexualidad y la no heteronormatividad, relaciones amorosas o miedo al compromiso, todo se une en el encuentro entre estos dos jóvenes filmado con una enorme sensibilidad y que si bien peca en ocasiones de ciertas reacciones algo impostadas de sus protagonistas para acelerar la acción dentro de su corto espacio temporal, nos deja con la sensación de una opera prima notable y las ganas de seguir el crecimiento de Moragas como director.
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