Director: Dan Scanlon
Actores: (Voces) Tom Holland, Chris Pratt, Julia Louis Dreyfus, Octavia Spencer, Mel Rodríguez, Kyle Bornheimer, Lena Waithe, Ali Wong
Guión: Dan Scanlon, Jason Headley, Keith Bunin
Productores: Peter Docter, Kori Rae
Montaje: Catherin Apple
Fotografía: Sharon Calahan, Adam Habib
Música: Jeff Danna, Mychael Danna
Producción: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios
Durante el periodo 1995 - 2010 Pixar se constituyó en un auténtico referente y casi garantía de éxito y calidad, enlazando éxitos a nivel de público con alabanzas entre la crítica, con la llegada de una nueva década y cuando la toma de control de Disney de la compañía tomó autentico significado, ya que la compra se formalizó en 2006 pero aún quedaban proyectos por estrenar de su época en solitario, la compañía del flexo comenzó una pequeña travesía en el desierto, que salvo alguna excepción, ha hecho que cada estreno Pixar ya no sea un acontecimiento para los fans y cinéfilos de medio mundo.
Con éste paisaje de fondo y con el añadido de un coronavirus que va a impedir su recorrido comercial normal (aunque ya su estreno no había sido demasiado potente) y la va a relegar a la venta digital y estreno en la nueva plataforma Disney +, llega Onward.
Onward nos sitúa en una sociedad en la que los avances tecnológicos han terminado prácticamente con la magia, en ella nuestros protagonistas, dos hermanos elfos, descubren un modo de recuperar por un solo día a su padre muerto, pero para ello tendrán que emprender un viaje en busca de esa magia pérdida.
El film se decanta desde un comienzo por el humor y un tono ligero de aventura muy al estilo del Disney más ochentero, implementando con acierto multitud de gags gracias a los elementos y criaturas mágicas y con guiños al espectador más freak (que ya es legión) con las constantes referencias a D&D y juegos de rol.
Onward intenta seguir la senda de las mejores películas de Disney, la de jugar en varias capas, entreteniendo a los más niños a nivel superficial a la vez que va tejiendo una trama más profunda a otros niveles. Los dos primeros tercios del film se centran de modo casi absoluto en la aventura, en una divertida mezcla de buddy movie con slapstick puro y aventura juvenil, capaz de recordarnos al mejor Richard Donner de Los Goonies o Arma Letal y mezclarlo con un poquito de Este muerto está muy vivo (Si habría que reivindicar al primero como uno de los grandes de los ochenta, también a la segunda como un Guilty Pleasure adorablemente desternillante).
Esta parte del film, sin duda la más Disney, es la que nos introduce a los personajes principales, dos hermanos muy diferentes entre sí que deben aprender a trabajar juntos, pero también la que nos descubre a dos secundarias que brillan casi más que los protagonistas, Laurel y la Manticora, que deberían ser protagonistas absolutas si hubiera algún tipo de secuela (junto a la mascota dragón y a un par de policías), y es que los personajes de Dreyfus y Octavia Spencer se comen en carisma y diversión a Holland y Pratt.
Es en el último tercio cuando Pixar intenta hacer su jugada habitual, la de ir directos a por nuestro corazón, y a fé que lo consiguen con una batalla final espectacular y con una resolución final tan brillante como emocionante (tremenda la inteligencia para resolver el final desde la mirada de uno de nuestros protagonistas, y hasta aquí puedo leer). Es entonces cuando las miguitas que el film ha ido dejando durante todo su metraje nos llevan a un mensaje que no por manido y telegrafiado deja de funcionar.
Onward es el intento por unir las principales virtudes de las dos mentes pensantes que dominan ahora la compañía que apuesta más por la diversión Disney que por la profundidad de Pixar pero aún así sabe enjugar ambas facetas para ofrecer un producto no brillante pero si enormemente entretenido y con cierto poso en el espectador que hace pensar que pueden volver los buenos tiempos para Pixar.
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