martes, 9 de abril de 2019

Identidad borrada

Identidad borrada. Título original: Boy Erased

Director: Joel Edgerton

Actores: Lucas Hedges, Nicole Kidman, Russell Crowe, Joel Edgerton, Xavier Dolan, Britton Sear, Joe Alwyn

Guión: Joel Edgerton (Basado en el libro autobiográfico de Garrard Conley)

Productores: Joel Edgerton, Steve Golin, Kerry Kohansky Roberts,

Montaje: Jay Rabinowitz

Fotografía: Eduard Grau

Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans

Producción: Focus Features, Perfect World Pictures, Anonymous Content, Blue Tongue Films


Hay muchas razones para acercarse a una película como Identidad borrada, por una parte la figura de Joel Edgerton, cuya carrera como actor es mucho más interesante de lo que sus comienzos y su escaso reconocimiento mediático podían aventurar y que sorprendió inesperadamente en su faceta como director con la muy reivindicable El Regalo, por lo tanto había ganas de ver si aquello había sido flor de un día o se consolidaba. Por otra parte un trío de actores excepcional, cuya presencia en pantalla como mínimo levanta interés.
Por último, el film tristemente es más actual que nunca por culpa de la última prueba de analfabetismo y estupidez que existe en nuestro país.

Identidad borrada cuenta la historia de Jared, un joven perteneciente a una familia profundamente religiosa que descubre su homosexualidad, y su experiencia cuando interna en un centro religioso para "curarse".

El film camina siempre en esa difícil frontera entre escapar del morbo gratuito y denunciar una situación execrable y esta indecisión es la que nos va a acompañar durante sus casi dos horas, y es que si bien se agradece el tacto con que Edgerton aborda la situación, también se echa en falta cierta crudeza a la hora de denunciar ciertos aspectos. El director claramente quiere situarse como mero observador y dejar que sea el espectador el que juzgue por sí mismo, pero particularmente echo en falta algo de garra en más momentos como en la durísima escena de Britton Sear, momento culmen de la película y que te revuelve en la butaca de pura incomodidad y cabreo.


Más allá de consideraciones tonales personales (y seguramente equivocadas) Identidad borrada nos vuelve a mostrar a un Joel Edgerton elegante y clásico tras la cámara, la cual sabe colocar con tino y sin estridencias, pero sobre todo a un director que sabe sacar lo mejor de sus actores, empezando por él mismo que se reserva el papel más incómodo y desagradable de la función, siguiendo por los veteranos Russell Crowe y Nicole Kidman, cumplidor el primero, magnífica la segunda, hasta llegar a Lucas Hedges, que si bien ya había demostrado todo su potencial en películas como Manchester frente al mar aquí toma las riendas de la película, enfrentándose cara a cara con bestias como Crowe y Kidman y nos descubre una de las miradas más auténticas y reveladoras de su generación, cada primer plano suyo es oro puro.

En el repaso actoral no podemos dejarnos atrás la gran labor del grupo de jóvenes del centro que podrían dar mucho que hablar en los próximos años y entre los que destaca el ya comentado Britton Sear o el cameo breve pero interesante del mismísimo Xavier Dolan.

Muy destacable también la fotografía del español Eduard Grau, bellísima, melancólica u opresiva según el momento, nos acompaña y nos guía en el viaje personal de Jared.


Intentaría huir del cliché, porque hablar de películas necesarias siempre es meterse en un embrollo, pero a día de hoy y viendo cierta deriva de nuestra sociedad, si, Identidad borrada es una película necesaria, pero además es un film con actuaciones sobresalientes y con un director que con solo dos obras a sus espaldas se confirma como una mirada a seguir. 
Es imperfecta si, pero es mucho más que recomendable.

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