Director: Ridley Scott
Actores: Michelle Williams, Christopher Plummer, Mark Wahlberg, Romain Duris, Charlie Plummer, Andrew Buchan, Timothy Hutton
Guión: David Scarpa (Basado en el libro de John Pearson)
Productores: Ridley Scott, Kevin J Walsh, Bradley Thomas
Montaje: Claire Simpson
Fotografía: Dariusz Wolski
Música: Daniel Pemberton
Producción: Scott Free Productions, TriStar Productions, RedRum Films, Panorama Films, Imperative Entertainment
Es evidente que Todo el dinero del mundo nace lastrada de un modo considerable, y es que el escándalo Kevin Spacey provocó la llegada de Christopher Plummer y una serie de rerodajes a última hora para poder completar la película con la sustitución de uno de los personajes principales. La versión oficial sin embargo es que la película permanece tal y como había sido concebida con tan solo el cambio de actor del personaje de JP Getty. He de confesar que casi hubiera preferido pensar que el pobre resultado final se debía a los problemas en su producción.
Todo el dinero del mundo trata sobre el secuestro de John Paul Getty III, el sobrino del hombre más rico del mundo que durante meses se negó a pagar el rescate mientras su sobrino era torturado en su cautiverio. Es tan increíble como decepcionante que una propuesta a priori tan potente e interesante acabe convirtiéndose en una película fría, plana e insulsa.
El principal problema es que el film aborda diferentes tramas y géneros sin ser capaz de profundizar en ninguna de ellas, dejando una sensación final de desidia y falta de interés en el conjunto. Así la historia del secuestro queda diluida entre el resto de subtramas, llegando esto a su máxima expresión cuando cada momento supuestamente intenso de esta parte de la historia como sus intentos de fuga, las torturas a la que es sometido el protagonista o la resolución final no alcanzan ningún pico de emoción o temor en el espectador.
Quizás son los primeros momentos, los que describen a Getty y a su familia en una serie de flashbacks los más interesantes, con un Plummer que curiosamente es el que levanta el show a pesar de ser el último en llegar, bordando ese papel de avaro hijo puta sin sentimientos. Michelle Williams sin embargo poco puede hacer y es que la película apenas da espacio al drama de la madre y su lucha contra el imperio de su suegro. Peor aún es lo de Mark Wahlberg con un personaje que se podría eliminar perfectamente de la trama sin que el film se resintiera y es que ni el actor ni su personaje aportan apenas nada al conjunto.
Siendo justos tampoco podemos decir que Todo el dinero del mundo sea un desastre absoluto, y es que Ridley Scott demuestra en varios momentos que todavía sabe rodar (aunque entre ésta y Covenant empiezo a temer que haya perdido el mojo), incluso hay momentos inspirados de Plummer y Williams, el problema es que cuando el film acaba y lo miras como un todo el resultado final es tan insatisfactorio como decepcionante. Podríamos decir por tanto más bien que la película es un quiero y no puedo, quizás sobre todo por la falta absoluta de ritmo que provoca la desacertada mezcla de sus tramas.
Todo el dinero del mundo acaba siendo lo que yo llamo una película de 1 de Enero, es decir, como cuando el día de año nuevo comes lo que te ha sobrado de la cena de Nochevieja, hay cosas que deberían estar buenas, pero entre la mezcla de restos y que esta frío te sirve para solventar una comida sin tener que cocinar y poco más, pues eso.
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