La sesión matinal del Auditori se estrenaba con Jupiter's Moon, nuevo trabajo del director húngaro Kornél Mundruczó, que tras sorprender con su anterior trabajo White Dog nos trae en ésta ocasión un film donde mezcla denuncia social, religión y política, su protagonista, un refugiado que tras ser disparado por la policía adopta sin ninguna explicación aparente la capacidad de volar acaba siendo nuestro guía en un viaje por lo más decadente del ser humano lleno de simbología sobre la situación de los refugiados y la moralidad de la Europa actual. Sin embargo el film de Mundruczó mezcla demasiado cosas y no de manera muy acertada, a esta indecisión argumental hay que sumar que sus protagonistas no están especialmente inspirados, por lo que nos queda una película muy bien rodada, con escenas muy llamativas visualmente que demuestran que su director tiene habilidad e ideas pero que se queda lejos de llegarme dentro como debería tocando los temas que toca.
Tras un café que sirvió para revivirme llegó la película que necesitaba en un momento como éste del festival, algo comercial, fácil y tontorrón y Happy Death Day cumple con todo ello y además ofrece un buen rato de diversión. Lo mejor de esta mezcla entre Atrapado en el tiempo y Scream en el que una joven estudiante se ve obligada a revivir una vez tras otra el día en que es asesinada es que es totalmente autoconsciente y nunca intenta tomarse en serio a sí misma si no más bien todo lo contrario. Con una simpatiquísima Jessica Rothe el film es totalmente disfrutable en un festival de estas características, es todo lo que intento Tragedy Girls y no consiguió, ser fresco, cachondo y divertido.
Y por fin tocó reconciliarse con el cine asiático, y es que en una de las edición más flojas que se recuerdan en lo que al cine oriental se refiere, Survival Family llega para recordarnos que nos encantan estos japoneses. Y lo hace sin inventar nada, porque esta historia en la que un apagón eléctrico sume en el caos al planeta no hace más que volver a temas ya visitados en multitud de ocasiones en el cine nipón como la dependencia de la sociedad de las nuevas tecnologías, el choque entre el mundo urbano y el rural, las diferencias cada vez mayores entre generaciones en el Japón actúal o las familias desestructuradas. Como digo cualquier buen amante del cine japones habrá visto estos temas ya mil veces tratados, pero Shinobi Yaguchi lo hace con una delicadeza extrema, un delicioso sentido del humor y sobre todo un estupendo manejo del ritmo y el tempo narrativo que hace que sus dos horas de duración se pasen en un suspiro. Una de esas películas para volver a enamorarte de la pasión del cine japonés por su costumbrismo.
Y no hay un Sitges sin Takashi Miike, este año hay ración triple, la buena dicen que ha sido Blade of Inmortal para la cual volaron las entradas, así que hubo que conformarse con JoJo's Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable Chapter 1 (si, todo eso, hasta para los títulos es excesivo es el cabrón). Para empezar Miike ha presentado la película reconociendo que llegaba borracho y recomendando restaurantes japoneses de Sitges, y claro el público se ha venido arriba.
En ésta ocasión adapta uno de los mangas más longevos de Japón que lleva 30 años publicándose y además ha sido rodada en Sitges. La película pues como todo lo de Miike es una locura, hay momentos de comedia descontrolada, CGI de baratillo marca de la casa Takashi, instantes ridículos otros gloriosos y mucho descontrol por supuesto. En mi opinión no entra en el grupo de las joyas bizarras de Miike pero tampoco de sus bazofias como la que nos ofreció el año pasado con Terraformars.
Y para cerrar este largo día el exitazo del día, con tenía varias razones para ser positivo, empezando porque se basaba en un relato corto de Neil Gaiman y continuando por un reparto con actrices como Nicole Kidman, Elle Fanning o Ruth Wilson, pero lo que no esperaba es encontrarme con una maravillosa comedía romántica que va del punk a la psicodelia en un despliegue de imaginación digno de Gaiman y con unos protagonistas y una historia de amor entre un joven punk y una extraterrestre que te agarra y no te suelta. Una película inclasificable con momentos absolutamente delirantes dignos de la mejor comedia absurda británica pero también cargada de ternura y emoción. Fans de Gaiman atentos al final porque os va a encantar, bueno en realidad como el resto de la película, una maravilla que directamente se cuela entre las mejores películas de este festival.
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