Everest
Director: Baltasar Kormakur
Actores: Jason Clarke, John Hawkes, Josh Brolin, Keira Knightley, Sam Worthington, Emily Watson, Jake Gyllenhaal, Robin Wright
Guión: William Nicholson, Simon Beaufoy
Productores: Tyler Thompson, Brian Oliver, Evan Hayes, Eric Fellner, Liza Chasin, Tim Bevan, Nicky Kentish Barnes
Montaje: Mick Audsley
Fotografía: Salvatore Totino
Música: Dario Marianelli
Producción: Universal Pictures, Working Title Films, RVK Studios, Walden Media, Free State Pictures, Cross Creek Pictures
A priori Everest tiene todos los ingredientes para ser una gran película, un escenario imponente como la montaña que da título al film, una historia real en la que basarse tan emocionante como escalofriante si se sabe llevar a buen puerto y el probablemente elenco actoral más espectacular de lo que llevamos de año, Clarke, Brolin, Knightley, Watson, Gyllenhaal, todos nombres de relumbron, y pese a todo, con éstos mimbres, Everest es un film que apenas en algún momento sobrepasa el aprobado.
El film se basa en los hechos reales sucedidos en la década de los 90, en la que el Everest sufrió una explotación turística que llevó a decenas de empresas de alpinismo a ofrecer ascensiones a la mítica cima, intentando convertir en negocio un hito deportivo de una dureza inimaginable.
En éste sentido no hay demasiada queja sobre el film que en su largo prólogo se esfuerza en mostrarnos ésta situación de sobreexplotación de la montaña, así como los motivos por los que cada uno de los participantes quiere alcanzar la cumbre de la montaña, sin embargo aquí ya se empieza a notar una de las principales defectos del film, el querer abarcar demasiado, contar muchas cosas, presentarnos muchos personajes y conflictos a la vez sin que el espectador se pueda centrar en ninguno.
Como siempre se suele decir, muchas veces menos es más, y en Everest nos intentan contar demasiadas cosas sin ser capaces de profundizar en ninguna, hay personajes que desaparecen y vuelven a aparecer a conveniencia de la historia esperando que nos importen cuando prácticamente nos habíamos olvidados de ellos, otros como el de Gyllenhaal son tratados de manera tan superficial que nunca llegamos a comprender sus motivaciones para hacer lo que hace, en definitiva un circo de siete pistas en la que ninguna acaba de funcionar.
Y a esto que ya sería malo de por si, se le suma el principal defecto del film, que no es otro que la falta de ritmo narrativo y la incapacidad de Kormakur para emocionar al espectador cuando la acción lo requiere y para lograr epicidad en los momentos más intensos del film. Hay situaciones que deberían ponernos la carne de gallina por lo que significan para la historia que se está contando como la llegada a la cumbre o el destino que sufren algunos personajes, y sin embargo todo queda amontonado bajo la bola de nieve que forman la cantidad de cosas que nos quieren contar, especialmente indignante es como se desarrolla el desenlace de la historia de Jason Clarke, tan anticlimático como frío (chiste fácil).
Pero no todo es negativo en Everest, la fotografía de Salvatore Totino es absolutamente espectacular y el film contiene algunas escenas que nos recuerdan a antiguas películas de aventuras como las que ya no se hacen, lamentablemente todo eso se ve lastrado por la incapacidad del director para que el espectador conecte con sus personajes y la frialdad con la que se llega a la resolución final de la historia, Everest puede ser una buena opción para una tarde de Domingo aburrida, pero es una película que difícilmente permanecerá en la memoria cinéfila del espectador.
Yo es que con estas películas no puedo, o me aburren o me estresan jaja ¡Prefiero no verla!
ResponderEliminarBah pues con ésta no te pierdes demasiado, algún bonito paisaje y poco más
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