Séptimo día de Sitges, el festival en el que (casi) nunca llueve como he leído en algún medio de la organización. Y por fin he entrado en razón, haciendo algo que debería haber hecho a mitad de festival, es decir, saltarme las dos primeras algún día y aprovechar para dormir, y esto durmiendo ocho horas la verdad que es otra cosa. Un cadáver flatulento ha triunfado en el día que Bruce Campbell ha demostrado que es el puto amo del universo, Johnnie To me ha decepcionado por primera vez y como todo los años ha habido su ración de Miike, tradición ya en Sitges.