Regresa un año más el festival de cine más especial de nuestro país, no solo por su dedicación absoluta al género si no por haber formado un universo propio en el que sus integrantes se sienten reconocidos y los principiantes enseguida adoptan como suyas. Tradiciones y costumbres que convierten este pequeño pueblo catalán en una pequeña burbuja de los aficionados al fantástico, terror y ciencia ficción. Tras años de pandemia y la progresiva vuelta a la normalidad toca regresar a un festival extraño y es que la huelga de actores y guionistas de Hollywood se ha hecho notar en esta edición con poca presencia americana y un aumento de producciones europeas y el esperado regreso a la mayor relevancia del cine oriental, algo que fue seña de identidad del festival durante muchos años y que se había ido perdiendo en los últimos años.