Director: Samuel Bodin
Reparto: Lizzy Caplan, Woody Norman, Antony Starr, Cleopatra Coleman, Luke Busey
Guion: Chris Thomas Devlin
Productores: Andrew Childs, Evan Goldberg, Roy Lee, Seth Rogen, James Weaver
Montaje: Kevin Greutert, Richard Riffaud
Fotografía: Philip Lozano
Música: Drum & Lace
Producción: Lionsgate, Media Capital Technologies, Point Grey Pictures, Vertigo Entertainment, Nu Boyana
El buen momento del género de terror se demuestra con el goteo de estrenos casi continuo en una época tan habitualmente propicia para el género como es el verano. Alejado de sagas de éxito o el prestigio del pase previo por festivales, quizás el principal reclamo para el aficionado en esta ocasión era ver el salto a la pantalla grande de Samuel Bodin después de su éxito en Netflix con Marianne, uno de los escasos ejemplos de series de terror que funcionan en pequeña pantalla.
No tengas miedo es un pequeño cuento de terror sin pretensiones de trascender pero con ganas de hacer pasar un buen rato al espectador. Su inicio es calmado y no se termina de definir entre el relato gótico actualizado y el thriller familiar pero avanza a buen ritmo gracias al buen hacer de sus protagonistas con especial mención a un Antony Starr absolutamente aterrador, una Lizzy Caplan desatada cuando realmente importa y un pequeño Woody Norman que cumple a la perfección.
A pesar de los continuos recuerdos y referencias a films superiores como Coraline o Babadook el film consigue mantenerse firme en su planteamiento, no por su misterio, bastante previsible para cualquier aficionado al género si no por la curiosidad del espectador por su resolución.
Es cuando No tengas miedo decide soltarse la melena y mostrarse monstruosa y juguetona cuando por fin comienza a ganar puntos, no como propuesta a recordar pero si como entretenimiento divertido y disfrutable gracias a un gusto por lo explícito y lo grotesco poco visitado en los últimos tiempos. De nuevo la falta de originalidad y el recuerdo constante a otros títulos míticos y actuales tanto en fondo como en forma pueden provocar cierta sensación de deja vu y de falta de originalidad y sobre todo ambición, pero su buen ritmo en su ajustado metraje y su disfrutable clímax la hacen disfrutable aunque sea simplemente como fast food del género.
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