Director: Louis Leterrier
Actores: Vin Diesel, Michelle Rodriguez, Jason Momoa, Tyrese Gibson, John Cena, Jordana Brewster, Ludacris, Jason Statham, Helen Mirren, Brie Larson, Scott Eastwood, Charlize Theron, Nathalie Emmanuel, Sung Kang, Daniela Melchior, Alan Ritchson, Rita Moreno
Guion: Dan Mazeau, Justin Lin, Gary Scott Thomas
Productores: Vin Diesel, Justin Lin, Jeff Kirschenbaum, Neal H Moritz, Samantha Vincent
Montaje: Dylan Highsmith, Kelly Matsumoto, Corbin Mehl
Fotografía: Stephen F Windon
Música: Brian Tyler
Producción: Universal Pictures, One Race Films, Original Film, Perfect Storm Entertaniment, China Film Co Ltd
Estoy seguro que dentro de unos años se estudiará la saga Fast & Furious como algo totalmente inédito y tal vez inexplicable en la industria del cine, como una saga consigue revivir, reinventarse y sobrevivir a todo y contra todo, recordemos que desde una entrega inicial basada en el por aquel entonces pujante mundo del tunning hasta hoy, la franquicia (porque ya lo es) ha pasado por el abandono de varios de sus protagonistas, desde el fundacional Diesel hasta el emergente Dwayne Johnson y la tragedia de la muerte de Paul Walker y mientras la saga ha ido reinventándose desde sus inicios como película de ladrones macarras, pasando al espionaje internacional, los apuntes superheroicos o los coqueteos con la ciencia ficción, todo ha pasado en Fast & Furious y lo más importante, todo puede pasar, porque si hay algo que sabe el espectador y es lo que probablemente le arrastre a la taquilla una vez tras otra es que aquí TODO VALE.
Fast X se anuncia como el final del viaje, y es por ello que el film recurre constantemente a su propio lore y mitología, desde el mismo villano, un divertidísimo y jokerizado Jason Momoa salido directamente de la quinta entrega, aquella en la que todo cambió y una caja fuerte destrozando las calles de Brasil nos empezó a abrir los ojos a la diversión pura y sin inhibiciones que es esta saga. El desafío final de Toretto por supuesto y para sorpresa de nadie será salvar a su familia, pero por supuesto aquí no hay nada sencillo y tras una abrumadora setpiece destruyendo la mismísima Roma que en cualquier otro film sería un clímax insuperable y aquí solo sucede en el primer tercio de la película, nuestros personajes se separan en diferentes misiones a lo largo del mundo.
Este riesgo controlado de separar a los protagonistas funciona aquí a la perfección y es que tras diez películas todos ellos tienen carisma y personalidad suficiente para sostener sin problemas sus fragmentos y la amenaza constante del divertidísimo Momoa hace que todo cobre sentido. Es cierto que por momentos hay reminiscencias de la gran polémica del film, el abandono de Justin Lin a mitad del rodaje lo que provocó semanas de rodaje sin un director al mando antes de la llegada de Leterrier como sustituto y que nos deja momentos un tanto inexplicables como ver al propio Momoa jugueteando con sus cadáveres o la aparición de Pete Davidson en un cameo más que gratuito innecesario.
Pero una vez más Fast & Furious se sobrepone a todo, porque si Vin Diesel está en un universo de intensidad completamente diferente a la sensación de desvergüenza de la saga por alguna razón funciona, si John Cena cambia completamente su carácter convirtiéndose más en un spin off de Pacificador que en la continuación de A todo Gas 9 en lugar de extrañarnos prácticamente roba la función en esa divertida buddy movie junto a su sobrino, si Michelle Rodríguez, Brie Larsson y Charlize Theron se montan su propia película al margen de todo, solo tenemos ganas de ver lo que sucede con ellas o las pullas entre Ludacris y Tyrese Gibson extrañamente siguen haciéndonos gracias. Personajes que desaparecen sin explicación, otros que vuelven con menos sentido aún, Fast X lleva el sentido culebronesco de la saga a su máxima expresión a la vez que abraza ya por completo el espíritu del comic y todo sigue funcionando porque de alguna manera todos formamos ya parte de esta familia y no solo estamos dispuestos a perdonar todo si no que lo aplaudimos con entusiasmo.
Louis Leterrier es un sustituto competente que si bien no llega a los grados de brillantez de Lin en las escenas de acción si que las resuelve de modo notable y sobre todo consigue dotar al film de ritmo y cohesión, algo difícil cuando hablamos de casi dos horas y media de metraje y multitud de localizaciones, personajes y tramas secundarias, pero la película avanza con brío entre espectaculares setpieces y la intrincada narración se sigue con sorprendente facilidad.
Fast X nos asombra durante dos horas con ese más difícil todavía que pensamos insuperable hasta que entramos en el clímax y descubrimos que no, que esto solo era un aperitivo y nuestra capacidad de asombro y el arrojo de la saga aún podía ir mucho más allá regalándonos unos últimos minutos, escena postcréditos incluida, que hacen inevitable salir de la sala con una enorme sonrisa pensando que estos sinvergüenzas lo han vuelto a hacer y que ya sea en una última entrega o en una trilogía final (la última pirueta) nos tienen absolutamente ganados para la causa y la familia Toretto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario