Los archivos del Pentágono. Título original: The Post
Director: Steven Spielberg
Actores: Tom Hanks, Meryl Streep, Bob Odenkirk, Sarah Paulson, Tracy Letts, Bradley Whitford, Bruce Greenwood, Alison Brie, Carrie Coon, Jesse Plemons, Matthew Rhys
Guión: Liz Hannah, Josh Singer
Productores: Steven Spielberg, Amy Pascal, Kristie Macosko Krieger, Liz Hannah
Montaje: Sarah Broshar, Michael Kahn
Fotografía: Janusz Kaminski
Música: John Williams
Producción: Amblin Entertainment, DreamWorks, River Road Entertainment, Pascal Pictures
El periodismo siempre ha sido una de las profesiones más interesantes para plasmar en el mundo del cine y que mejor resultado dan en la gran pantalla, comenzando por Ciudadano Kane y siguiendo por Luna Nueva, El gran carnaval, Primera Plana, Nightcrawler o la recientemente premiada Spotlight hay multitud de ejemplos en el cine clásico de ésta simbiosis que ha llegado a formar casi un género propio. Sin embargo aún hay capacidad para innovar y lo demuestra una vez más Steven Spielberg con una película de apariencia clásica pero con un fondo mucho más actual de lo que parece.
Los archivos del pentágono se basan en la historia real de como varios periódicos sacaron a la luz un informe privado del pentágono que revelaba el conocimiento de varios presidentes de EEUU de la situación catastrófica de la Guerra de Vietnam. El film se centra a la vez en la figura de Kay Graham, propietaria del Washington Post, que debe tomar la decisión sobre publicar o no ese informe en un delicado momento económico para su empresa ya que acaba de salir a bolsa.
La película representa de manera perfecta a nivel visual los comienzos de la década de los 70, comenzando por el granulado tan característico de las imágenes que de aquellos años en la maravillosa fotografía de Janusz Kaminski y continuando por la excelente ambientación de la sociedad de la época y en especial del interior de una redacción periodística. Es curioso como sin embargo a nivel intelectual el film está completamente apegado a la realidad, recordándonos mensajes tan esenciales como que la prensa está para servir a los gobernados y no a los gobernantes.
Y es que Los archivos del Pentágono se acaba convirtiendo en un dilema moral que diserta sobre la importancia de la separación de poderes y la libertad de prensa. Incluso más allá de eso, Spielberg se atreve a realizar su película más feminista mientras recrea una sociedad absolutamente machista como la de los años 70. Esta aparente paradoja se viene abajo gracias al excelente trabajo de Meryl Streep, que consigue captar a la perfección el proceso de empoderamiento de una mujer en una sociedad que le es adversa, mostrando el viaje de Kay desde su carácter sumiso y asustadizo inicial hasta la escena final en la que recorre las imprentas del periódico junto a Tom Hanks asumiendo el control absoluto de su empresa.
Con un guión que equilibra de manera excelente las tramas paralelas del film, la acción viaja con total naturalidad de la investigación periodística de la redacción a la diatriba moral de sus dirigentes. A un lado Bob Odenkirk encarnando al viejo sabueso redactor que se las sabe todas pero que no puede evitar que unas monedas se le resbalen de las manos por los nervios antes de un gran descubrimiento, al otro un grupo de accionistas que piensa en un periódico como una empresa dedicada a ganar dinero más allá de la responsabilidades éticas. Y en el medio el gran Spielberg, el que tira de dirección clásica para plantar la cámara delante de los personajes, deslizarse a través de una redacción o acercarse de manera totalmente orgánica y natural a lo que el ojo del espectador demanda. Y mientras la vuelta del mejor John Williams (que no nos falte nunca por favor) con una partitura que nos adentra en el frenesí de la investigación o nos emociona ante la proximidad de una decisión importante.
Y todo esto se concentra en la escena más brillante del film: una llamada de teléfono, la cámara se acerca de manera suave pero expectante hacia el personaje que está al auricular, y Meryl Streep sin apenas hablar vuelve a dar una lección de interpretación y con su mirada y su gestualidad nos resume en unos pocos segundos el viaje vital que ha vivido su personaje. Cine en mayúsculas.
En una época en la que la corrupción política está a la orden del día, los presidentes de los países más importantes del mundo se creen por encima del bien y del mal, y los medios de comunicación parecen haber olvidado su papel como vigilantes objetivos de la sociedad, una película como Los archivos del Pentágono parece más necesaria que nunca.
Si además nos encontramos con la mejor dirección de Spielberg en los últimos años, unas actuaciones inspiradisimas de sus protagonistas y un nivel técnico y artístico sobresaliente, poco más podemos pedir, solo disfrutar de una de esas películas en las que los astros se alinean y todo sale bien.
P.D: Excelente el guiño irónico final para hacerse una sesión doble con cierta película a la que esta podría servir como precuela espiritual perfectamente.
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