Creadores: Matt Duffer, Ross Duffer
Actores: Winona Ryder, David Harbour, Finn Wolfhard, Millie Bobby Brown, Gaten Matarazzo, Caleb McLaughlin, Natalia Dyer, Charlie Heaton, Matthew Modine, Noah Schnapp, Joe Keery
Productores: Justin Doble, Alison Tatlock
Música: Kyle Dixon, Michael Stein
Producción: 21 Laps Entertainment
Temporadas: 1
Episodios: 8
Canal de emisión: Netflix
Todos sabemos que la nostalgia ochentera está de moda desde hace unos cuantos años, desde recuperar franquicias a lo Jurassic World o Terminator Génesis hasta tirar de referentes como Guardianes de la Galaxia o directamente transportarte a la década dorada del cine de aventuras y familiar como ya hizo JJ Abrams en Super 8.
Éste último modelo es el que utilizan los hermanos Duffer para trasladarnos directamente al año 1983 y a Hawkins, Indiana, uno de esos pequeños pueblecitos en los que reina la tranquilidad y nos encontramos a un grupo de amigos, acompañados como no de sus inseparables bicis que van a vivir la aventura de sus vidas. Con éste planteamiento nada nos extrañaría ver el sello Amblin, pero sin embargo Stranger Things quiere jugar a otra cosa.
Repleta de múltiples e innumerables referencias a directores como el propio Spielberg, Carpenter o incluso el mismo John Hughes son claros los guiños a películas como Los Goonies, Cuenta conmigo, Carrie, La Cosa, Poltergeist o incluso la misma Super 8, a la vez que son infinitas las referencias a la cultura pop, y es que en ésta ocasión no se ha querido rendir tributo a ésta década si no que directamente se ha trasladado a los ochenta para contar una historia que podría haber sido escrita y rodada perfectamente en esa época.
Si bien en un primer momento todo invita a pensar en un E.T meets Akira tras la desaparición de Will Byers un miembro del grupo de amigos protagonistas y la extraña aparición de Eleven, una niña con extraños poderes psíquicos, pronto nos daremos cuenta que la auténtica referencia y guía de ésta serie es la obra de Stephen King.
Stranger Things abre tres vías para ser capaz de abordar toda la cantidad de subgéneros temáticos en los que se adentra, por un lado la acción más pura está a cargo del trío infantil protagonista en su aventura por encontrar a Will a la vez que ocultan a su nueva amiga. Éste tercio pese a ser el más ligero y el único que incluye algo de comedia, oculta también momentos para tratar sobre el bullying, la amistad y esa conspiración política que unirá las tres tramas junto al elemento fantástico.
La parte adolescente de la serie es la que nos lleva a temas como el despertar sexual de sus protagonistas, la represión de un pequeño pueblo o los miedos y esperanzas previas a la madurez con una crítica poco velada al famoso American Dream cargado de falsedad en muchas ocasiones.
La parte adulta protagonizada por Winona Ryder y David Harbour es la encargada de hacer avanzar el drama de la madre que ha perdido a su hijo y la historia policiaca del sheriff que trata de desenmarañar la conspiración gubernamental que no puede faltar en éste tipo de historias. Es curioso como el papel de Ryder está siendo el más criticado cuando la forma de actuar de su personaje está evidentemente justificada por todo lo que se nos va contando sobre ella con flashback revelador incluido (por si todavía no había quedado claro del todo) en el último episodio.
Pero sin ninguna duda son los cuatro niños protagonistas los que roban la función, con especial mención a la asombrosa Millie Bobby Brown capaz de sostener el personaje con mayor carga dramática de la serie, a su lado el trío de niños aprovechan su indudable química para hacer que el espectador se convierta en uno más de su grupo de amigos.
Notable también la labor de los hermanos Duffer tras las cámaras que además de crear la serie dirigen seis capítulos (Shawn Levy es el encargado de los otros dos) con un gran pulso para la acción, el misterio e incluso el terror. Y si todavía faltaba algún detalle más la sobresaliente y muy carpenteriana banda sonora de Kyle Dixon y Michael Stein nos acaba de transportar a ese universo King en el que el terror se une a la amistad de un grupo de chicos que vivirán ese verano que recordarán el resto de sus vidas.
Stranger things es entretenimiento puro y duro, define a sus personajes rápidamente gracias a sus relaciones entre ellos y utiliza de manera breve y muy adecuada los flashbacks cada vez que quiere profundizar en su historia logrando que la acción avance y fluya de manera vertiginosa consiguiendo que no sobre ni un solo minuto de sus ocho capítulos y dejándonos a la vez con la sensación de haber visto una historia muy bien cerrada pero que nos deja con ganas de seguir viendo a éstos personajes y sus nuevas aventuras, una auténtica y gratísima sorpresa en el terreno televisivo y sin duda una de las mejores series de ésta temporada.
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