Grace y Frankie. Título original: Grace and Frankie
Creadores: Marta Kauffman y Howard J. Morris
Actores: Jane Fonda, Lily Tomlin, Martin Sheen, Sam Waterston, June Diane Raphael, Baron Vaughn, Brooklyn Decker y Ethan Embry
Productores: Jeff Freilich, Jennifer Hoppe y Suzanne Lauer
Música: Sam Kaufman Skloff y Michael Skoff
Producción: Skydance Productions
Temporadas: 1
Episodios: 10
Canal de emisión: Netflix
Una de las muchas ventajas que nos ha traído el auge de los canales de televisión por cable es su capacidad por realizar productos de mayor riesgo y fuera de los estándares habituales y es que como ya decían en mi adorada y nunca suficientemente reivindicada Boston Legal en una de las muchas ocasiones que rompían la cuarta pared, parece que hoy en día a nadie le interesa una serie de televisión protagonizada por viejos, sin embargo gracias al atrevimiento de Netflix y probablemente a llevar detrás el nombre de Marta Kauffman, nada más y nada menos que la creadora de la mítica Friends, podemos disfrutar de una serie tan original y rompedora como Grace y Frankie.
Y nada tan fácil para descubrir el por qué de éstos adjetivos como conocer su premisa argumental que comienza con una cena entre dos viejos matrimonios en la que los maridos confiesan a sus mujeres que además de compañeros de trabajo son amantes desde hace más de 20 años y van a dejarlas para comenzar una vida juntos.
Esta revelación obliga a dos mujeres completamente diferentes como Grace y Frankie a compartir piso y penas mientras sus ex maridos comienzan una vida juntos.
Con un aspecto siempre amable pero con un poso mucho más profundo de lo que parece la serie explora temas como la superación del abandono, la sexualidad de los ancianos o por supuesto la homosexualidad de manera mucho más sincera y atrevida que otros productos a priori más serios, siempre buscando una sonrisa sin recurrir al chiste fácil ni a las risas enlatadas pero con un innegable regusto a drama que asoma en más de una ocasión.
La serie además de unos guiones llenos de simpatía e inteligencia se sustenta en la gran actuación de sus cuatro protagonistas, especialmente el duo femenino que se adueña de la pantalla cada vez que comparten escena. Si bien Lily Tomlin es la que se ha llevado el mayor número de alabanzas y premios por poseer un personaje mucho más agradecido para el lucimiento personal, a mi particularmente me gusta más la labor de Jane Fonda cuya Grace es el personaje con mayor progresión de la serie, de la estirada ricachona de los primeros capítulos a todo un apoyo y una amiga para Frankie en los últimos. Por supuesto no podemos olvidar al otro duo de veteranos, Martin Sheen y Sam Waterston, enormemente tiernos formando una pareja tan desigual en sus caracteres como creíbles en su oculto amor y su asombro al comenzar a descubrir la vida fuera del armario.
A los cuatro hay que añadir los hijos de ambos matrimonios, cualquier cosa menos normales, entre los que destacaría a June Diane Raphael y Ethan Embry, tan locos y descontrolados como divertidos.
Con el formato de 30 minutos tan propio de las sitcom, Grace y Frankie no sigue una narrativa cronológica fija si no que va dando saltos explorando los diferentes momentos que atraviesan nuestros protagonistas en la aceptación de su nueva condición desde la nueva pareja formada por Robert y Sol a la convivencia en un primer momento obligada entre Grace y Frankie que se va convirtiendo en una amistad sincera y entrañable. La serie se reserva momentos más destinados a la comedia como el de la despedida de solteros de los chicos o la salida de fiesta de las chicas junto a otros más dramáticos como el del terremoto o el encierro en el ascensor, pero con el paso de cada capítulo nos encariñamos más y más con los personajes hasta llegar a un último capítulo que deja las espadas en todo lo alto de cara a una segunda temporada que se promete apasionante por todo lo que puede suceder.
Probablemente Grace y Frankie no sea una de esas series que veáis recomendadas en todas partes ni tampoco una de aquellas que nada más leer el argumento estéis deseando comenzar a verla, es pequeña y diferente pero probablemente su mayor fuerza esté en el boca a boca de sus espectadores, si os atrevéis a probar algo diferente os aseguro que no os arrepentiréis y la acabaréis recomendando al igual que yo
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