Segunda parte de este diario del D'A Film Festival y hay que reconocer que con sus evidentes diferencias, la sensación de estar viviendo un festival sigue ahí: descubrir obras inesperadas, comentar lo mejor y peor con colegas, buscar recomendaciones en redes sociales y esa sensación de agobio de no tener tiempo para ver todo lo que querrías, incluso cierto agotamiento cuando empiezas a enlazar películas (no digo nada de los valientes de Satantango). Puede parecer absurdo o un modo de auto engañarnos, pero quién ha vivido un festival en vivo sabe de lo que le hablo.