Hay cosas que parece que empiezan a convertirse en costumbre en mi Festival de San Sebastián de este año: 6 es el número de películas que consigo cuadrar sin desfallecer en el intento, lo de comer más allá de hincharme a azúcar y cafeína/taurina durante las carreras entre sala y sala es una utopía, todos los días tiene que haber polémica, Nuevos Directores es una lotería, te puede tocar el premio o la calabaza pero casi siempre jugar vale la pena.