Demasiado sueño en el cuerpo para estar solo a Martes, pero Sitges, a diferencia de otros festivales ofrece tal cantidad de títulos y sección que hace que los horarios sean bastante ajustados, las películas se acumulen y el tiempo de descaso sea bastante escaso, así que toca mal comer, aumentar el número de cafés, empezar a darle a las bebidas energéticas, afanar algún canapé que otro de las fiestas del Meliá (todos lo hacemos alguna vez ahora no os hagáis les dignes) e intentar disfrutar del cine de género.