Director: Jaume Balaguero
Actores: Ester Expósito, Inés Fernández, Ángela Cremonte, Magüi Mira, Aten Soria, María José Sarrate, Federico Aguado, Pedro Bachura, Francisco Boira, Fernando Valdivielso
Guion: Fernando Navarro
Productores: Alex de la Iglesia, Carolina Bang
Montaje: Luis de la Madrid
Fotografía: Pablo Rosso
Música: Vanessa Garde
Producción: The Fear Collection, Pokeepsie Films
Venus llega en un momento "complicado" de la carrera de Jaume Balaguero, asentado indudablemente como uno de los grandes nombres de la industria española, pero tras un par de proyectos fallidos como REC 4 y Musa y otro de encargo tan exitoso en lo económico como impersonal en la ejecución como Way Down parecía que su filmografía comenzaba no tanto un declive pero si un tránsito hacia cierta autocomplacencia y comodidad.
Que su nueva película estuviera incluida dentro del proyecto The Fear Collection que ya nos trajo la incalificable Veneciafrenia tampoco parecía a priori la mejor de las señales y de repente con Venus nos encontramos al Balagueró más excesivo, desatado, divertido y juguetón desde las dos primeras entregas de REC hace más de una década.
A pesar de comenzar con estética de thriller Venus utiliza desde sus primeros minutos resortes y tropos del terror, en este caso un robo mal ejecutado que hace que nuestra protagonista tenga que refugiarse en un lugar aún más peligroso que quienes le persiguen. A partir de aquí nos encontramos con una de las propuestas más libres y desenfadas del cine español en los últimos años, repleta de momentos memorables, una potencia visual habitual siempre en el cine del director catalán, secundarios y tramas loquísimas, villanos apasionantes, seres alucinantes y un sinfín de propuestas que aciertan en mayor o menos medida pero que siempre ofrecen algo a un espectador que observa con la boca abierta como la película avanza a toda velocidad derrapando en cada curva pero consiguiendo mantenerse milagrosamente siempre en pie.
El horror cósmico, Argento, las final girls, Clive Barker, las brujas, el humor cañí, todo pasa por la batidora del Balagueró más macarra de los últimos tiempos que no se cansa de echarle jeta al asunto, hasta su divertidísimo e impactante final. Toda una celebración del terror más epidérmico y de la diversión más desenfada, una película fresquísima y absolutamente a contracorriente de las tendencias del género en los últimos tiempos que demuestra que el mejor Balagueró aún sigue ahí.
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