Red

 

Red. Título original: Turning Red

Dirección: Domee Shi

Actores: (Voces de) Rosalie Chiang, Sandra Oh, Ava Morse, Hyein Park, Maitreyi Ramakrishnan, Orion Lee, Tristan Allerick Chen

Guion: Domee Shi, Julia Cho, Sarah Streicher

Productores: Lindsey Collins, Pete Docter, Dan Scanlon, Sabine O' Sullivan

Montaje: Nicholas C Smith, Steve Bloom

Fotografía: Mahyar Abousaeedi, Jonathan Pytko

Música: Ludwig Goransson

Producción: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios

Con ya 25 films a sus espaldas se puede hablar de Pixar como un estudio maduro que ha pasado por diversas etapas, desde su deslumbrante nacimiento y época dorada en la que maravillaba al planeta con una encadenación de joyas difícil de superar y que sin duda le encumbraron en la historia de la animación, hasta el pequeño bache creativo con sucesión de secuelas, precuelas e historias originales poco inspiradas tras la compra de Disney. Sin embargo incluso en sus peores momentos el estudio siempre ha seguido alumbrando joyas que han mantenido su prestigio intacto para los espectadores, es por ello que sorprende más aún la decisión de Disney de relegar sus últimas y brillantes producciones, las que podrían suponer el esperado renacimiento de la compañía, a la pequeña pantalla, y es que Red se une a Soul y Luca como un regreso de Pixar a sus tiempos de mayor excelencia.

Domee Shi ya había mostrado sus cualidades en Bao el corto más sobresaliente de Pixar de los últimos años y con el que la directora logró el Oscar. Ahora con su primer largometraje, Red se une a esa lista de películas como Encanto, Los Mitchell contra las máquinas o en menor medida Raya y el último dragón que por fin dan el protagonismo a mujeres sin tener que caer en el tópico de princesas Disney.

Algo que por cierto ya inició Pixar con su deconstrucción del cliché en Brave, al igual que fue la primera que decidió meterse en el jardín de la psique juvenil en el paso a la adolescencia en la sobresaliente Del Revés. 

Pero a pesar de sus referentes (incluso se podría incluir Ramma 1/2 o Teenwolf aquí) sin duda Red cuenta con personalidad propia, la de su directora que con desparpajo se atreve a abordar con simpatía y ternura temas siempre silenciados en la industria como es el paso a la adolescencia de las mujeres, con menstruación y cambios físicos y hormonales incluidos en una bonita metáfora que tiene su toque fantástico por supuesto pero cuyo corazón no deja de ser un coming of age con alegato hacia la sororidad femenina.

Mei Lee es una adolescente ejemplar, buena estudiante e hija modelo que no duda en dar prioridad a sus estudios y obligaciones familiares pero mantiene un grupo de amigas inquebrantables unidas por su adoración por una boy band, pero todo cambia cuando una mañana se despierta convertida en un enorme panda rojo. Así a los cambios físicos se unen los de su personalidad, con sus primeros deseos sexuales además de una necesidad de encontrar su propio lugar en el mundo más allá de las expectativas de su protectora madre, la cual por cierto ofrece también el interesante punto de vista adulto del temor al crecimiento de sus hijos.

A nivel técnico Red es una nueva maravilla de Pixar con una clara inspiración del manga y el anime, con una estética que ya pudimos disfrutar en su corto Bao a la que se une en esta ocasión un sentido del ritmo estupendo en sus escenas de acción y un dominio perfecto del tempo cómico, como esos pequeños gags del padre o el desternillante concierto de la boy band objeto de adoración del grupo de amigas protagonistas que además sirve como espectacular clímax final donde se logra unir a la perfección la emotividad que desborda todo el film con su tono cómico y aventurero.

Pese al claro elemento autobiográfico (no obstante está situada en los años de su propia adolescencia) Domee Shi logra una historia universal capaz de combinar la diversión y la ternura y que aunque finalmente no logra ser capaz de romper del todo con el típico elemento moralista y familiar Disney si es un soplo de aire fresco con su mensaje a favor de la amistad femenina y de la necesidad de ser una misma por encima de tradiciones y expectativas.