Director: David Victori
Actores: Mario Casas, Milena Smit, Elisabeth Larena, Fernando Valdivieso
Guión: David Victori, Clara Viola y Jordi Vallejo
Productores: Laura Fernández Brites, Carlos Fernández
Montaje: Alberto Gutiérrez
Fotografía: Elias M. Félix
Música: Adrián Foulkes, Federico Jusid
Producción: Castelao Pictures, Filmax, Movistar +, RTVE, TV3
Nada más comenzar el film, Dani (Mario Casas) se pone los cascos y su banda sonora pasa a ser la nuestra, la cámara se coloca en su nuca y su visión se convierte en la del espectador y en apenas cinco minutos David Victori ha conseguido colocarnos en la piel del protagonista, algo fundamental para el viaje que nos va a proponer el director, y es que si No matarás puede huir de la lluvia de referencias que a cualquier espectador medio se le ocurrirán (que viajarían entre el After Hours de Scorsese, el frenetismo de los Safdie Brothers, la exuberancia de Gaspar Noe o el David Summers interpretado por Dustin Hoffman por nombrar solo algunos) es por que el film busca claramente y consigue con indudable éxito la inmersión total del espectador en esa noche pesadillesca.
Dani es un joven que lleva años dedicando su vida a cuidar de su padre dependiente, cuando este fallece un mundo nuevo de posibilidades parece abrirse ante él, un viaje postergado durante años o incluso una noche loca con una desconocida son aventuras antes imposibles y que ahora se encuentran al alcance de su mano, sin embargo una noche de diversión se acaba complicando hasta llevarle a una carrera extrema que le llevará a límites que nunca hubiera sospechado.
Si por algo destaca No matarás es por la capacidad llevar al espectador a un viaje sensorial en el que consigue meterse por completo en la piel de su protagonista, sin juzgarlo, porque no hay tiempo para ello. La acertadísima y omnipresente cámara en mano de Victori nos sitúa en primera persona en una huida sin fin que se vale de cualquier recurso técnico, ya sea plano secuencia o cambio de formato para subir nuestras pulsaciones hasta el límite en escenas tan delirantemente adrenalíticas como la huida por las escaleras, la música eleva su volumen jugueteando con los límites de la incomodidad y cuando la cinta pisa el acelerador para no volver a frenar nunca más (como bien nos ha adelantado la película, en este viaje no puede haber pasos atrás), la inmersión es tal que es imposible desengancharse de la huida de Dani.
Es cierto que el guión pide al espectador su complicidad con un par de saltos de fe que están a punto de romper la suspensión de incredulidad, algo que su estupendo reparto lucha por evitar.
La debutante Milena Smit se convierte en la revelación de la película, una revisión de la clásica femme fatale al ritmo de Bad Gyal, antítesis absoluta de nuestro protagonista, locura y ferocidad pura cada vez que aparece en escena.
Frente a ella Mario Casas en uno de sus mejores papeles. Es cierto que el actor gallego lleva años encadenando destacadas actuaciones y rompiendo con todos los prejuicios que ha arrastrado durante su carrera, pero en No matarás se supera a sí mismo sosteniendo por si solo el film durante la mayor parte de su metraje, sufriendo con un personaje que se ve forzado a evolucionar a base de golpes y que gracias a Casas siempre es creíble pese a lo extremo de la situación. Sus tremendos primeros planos nos demuestran que el actor se encuentra ahora mismo en un estado de gracia del que no se puede dudar.
No matarás es un viaje en primera persona a nuestras pesadillas, tan extremo e inmersivo que te zarandea de tal forma que puede expulsarte o dejarte noqueado sin capacidad de huida de igual forma. Cita ineludible para los amantes de las sensaciones más extremas, puede que disparate para los espectadores más descreídos y analíticos, el segundo film de David Victori como mínimo es una apuesta con la que merece la pena arriesgarse.
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