Iron Fist
Creador: Scott Buck, M Raven Metzner
Actores: Finn Jones, Jessica Henwick, Jessica Stroup, Tom Pelphrey, David Wenham, Wai Ching Ho, Ramón Rodríguez, Rosario Dawson
Productores: Evan Perazzo, Stan Lee, Ian Stokes, Keira Morrisette, Jeph Loeb, Scott Buck, Allie Goss
Música: Trevor Morris
Producción: Marvel Entertainment
Temporadas: 1
Capitulos: 13
Canal de emisión: Netflix
Si para algo ha servido sobre todo Iron Fist es para confirmar ese temor que nos hacía sospechar que Daredevil se encuentra sola a la hora de defender las traslaciones de Marvel en Netflix. Si Jessica Jones ya dejaba serias dudas por una fase final dubitativa compensada por el buen arranque y su apuesta por el noir y Luke Cage conseguía redimirse finalmente cuando abrazaba sin vergüenza la serie B y el entretenimiento puro, podemos decir sin lugar a dudas que Iron Fist es la confirmación de que la maravilla que vimos con la adaptación del diablo rojo de Hell's Kitchen es algo difícil de repetir.
Y es que la historia de Danny Rand es hasta ahora sin ninguna duda la más floja de todas las ofrecidas por Netflix en este universo que convergerá en la serie conjunta The Defenders.
Los errores de la serie comienzan por su protagonista, con una concepción del personaje bastante discutible, convirtiendo a un niño pijo en una especie de hippie new age, con continuos y poco coherentes cambios de humor que provoca la nula empatía del espectador, algo que se ve aumentado más aún por la pobrisima actuación de un Finn Jones que carece por completo de cualquier tipo de carisma y que flojea especialmente en las escenas de acción (algo a comentar más adelante).
Pero incluso obviando a su protagonista, algo profundamente difícil, Iron Fist, cae en errores imperdonables, comenzando por una historia que nunca llega a tomar forma, con un villano carente de identidad e inexistente como amenaza para nuestro protagonista, pequeños arcos narrativos que no parecen llevar hacia ningún lado más allá de rellenar capítulos con acciones absurdas de sus protagonistas y personajes secundarios que tan pronto vienen como van sin que les echemos de menos.
Pero incluso más allá de todo este cúmulo de despropósitos están esos escenarios cutres de cartón piedra que dan a la serie un aspecto visual más propias de series alemanas de horario matutino que de un producto de su presupuesto y sobre todo unas horrendas escenas de acción, algo imperdonable en una serie donde las coreografías de artes marciales deberían ser lo más destacado y donde apenas se salvan uno o dos combates de la vergüenza ajena.
Iron Fist no es solo la peor traslación de los héroes de Marvel en Netflix, si no que directamente es una mala serie, muy por debajo de la mayoría de los productos televisivos superheroicos actuales, que además de aburrir y por momentos enfadar y abochornar por su baja calidad, nos deja con muy mal sabor y muy bajas expectativas ante la próxima reunión del grupo de héroes televisivos en The Defenders.
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