Director: Alfonso Gomez Rejon
Actores: Thomas Mann, RJ Cyler, Olivia Cooke, Nick Offerman, Connie Britton, Molly Shannon, Jon Bernthal y Katherine C Hughes.
Guión: Jesse Andrews (Basado en su propia novela)
Productores: Jeremy Dawson, Dan Fogelman y Steven M Rales.
Montaje: David Trachtenberg
Fotografía: Chung hoon Chung
Música: Brian Eno y Nico Muhly
Producción: Indian Paintbrush
Tras triunfar en Sundance donde consiguió el difícil doblete de ganar premios del público y del jurado, Me and Earl and the Dying Girl (lo siento pero me niego a llamarla por el ridículo título en castellano que pierde toda la fuerza del original) ha dejado una gratísima impresión también en el Festival de cine de San Sebastián apenas un par de semanas antes de su estreno en España.
Greg es un adolescente que ha hecho de su capacidad para pasar
desapercibido su mayor fortaleza para conseguir superar la dura etapa del
Instituto, incapaz de crear lazos con los demás por su propia inseguridad,
fomenta relaciones superficiales con todos sin querer llegar a profundizar con
nadie, incluido con su único amigo Earl al que considera solo su compañero de
trabajo en las versiones de películas clásicas que ambos se dedican a filmar,
pero cuando un día su madre le obliga a pasar tiempo con Rachel, una compañera
de Instituto a la que le han diagnosticado cáncer, todo el espacio de seguridad
que ha ido creando a su alrededor durante éstos años se irá cayendo poco a
poco.
Aunque la comparación más evidente sea con "Bajo la misma estrella",
la historia de Greg, Earl y Rachel viaja en una dirección totalmente opuesta,
más que el drama de la enfermedad (que también tendrá su presencia) el film es
un retrato de una etapa, la del fin de la adolescencia y como los protagonistas
forman sus personalidades a través de su forma de ser y también de las
influencias externas que van recibiendo, en éste sentido la película se
encontraría mucho más cerca de "Las ventajas de ser un marginado" que
del drama protagonizado por Shailene Woodley.
La comparativa con el film de Chbosky es solo una de las muchas que se pueden
realizar ya que Me and Earl and the Dying Girl es un juego continuo de
referencias cinéfilas ya no solo por sus suecadas que parecen directamente
sacadas del film de Gondry (Be Kind Rewind) si no por su capacidad para jugar y
retorcer el cine teen parodiando las comedias adolescentes dándole el
protagonismo al reverso inadaptado de Ferris Bueller que lejos de
pretender ser cool tan pronto nos cae simpático como nos parece un auténtico imbécil
en su continua autocompasión o burlándose del sistema de castas de pasillos y
comedor del típico High School americano.
También la dirección de Gómez Rejón está llena de referencias, la más clara
probablemente a los universos creados por Wes Anderson, pero también a su
pasado como ayudante de Iñarritu en Babel o de Affleck en Argo, y es que se
podrán realizar muchas quejas sobre el film pero si algo está claro es que
Rejón sabe como posicionar la cámara en cada momento para lograr la sensación
que busca en el espectador.
Pero si hay algo que destaca por encima de todo para explicar el éxito de Me
and Earl and the Dying Girl es su capacidad para hacerte conectar con sus
personajes, todos tan reales, tan vivos que parecen sacados de la esquina de tu
propia calle. Evidentemente algunos están trazados de forma más gruesa que
otros pero a cada uno de ellos se les nota llenos de verdad. Es tal la
empatización que se logra que ni siquiera el recurrente personaje del profesor enrollado
ni el inclasificable e imposible padre de Greg nos sacan de situación.
Es esa carga de simpatía hacia los personajes la que nos va llevando de la
mano durante todo el film y somos capaces de comprender la extraña respuesta de
Greg ante el mundo exterior porque todos en algún momento hemos sido un adolescente
algo perdido que utiliza la ironía y la acidez como mecanismo de autodefensa,
sufrimos la soledad de Rachel y su rápida conexión con los únicos que no la compadecen
o explotamos junto a Earl cuando se le acaba la paciencia ante la actitud del
que se supone su mejor amigo.
En éste viaje junto a los protagonistas la dirección de la historia va girando
hacia el drama, no a través de escenas efectistas en busca de la lagrima fácil,
si no por el hecho de que nos preocupemos por lo que les pasa a Greg, Earl y
Rachel, porque se han convertido en personajes "reales" para nosotros
y nos interesamos e incluso sufrimos por su destino. Y de nuevo huyendo de los
tópicos el film vuelve a reivindicar su carácter independiente (porque no nos
engañemos la película grita soy indie durante todo su metraje) alejándose de
los convencionalismos, mostrando la realidad de como la vida continua más allá
de un hecho puntual en un momento de tu historia personal.
Me and Earl and The Dying Girl es la respuesta a la comedia High School
descerebrada o a los dramones juveniles de lagrima fácil, una película que
apuesta por una personalidad propia y muy marcada dentro de un género muy
transitado, tratando a los adolescentes como futuros adultos, atreviéndose a
escarbar en sus sentimientos sin perder por ello su capacidad para el entretenimiento.
Me ha encantado la entrada.
ResponderEliminarLe tengo muchísimas ganas,a pesar de que su título en castellano sea horroso (quién se encarga de esos atentados?).
Buen trabajo,
Lori (@jeanne_duval)
Me alegra que te haya gustado la entrada Lori. Yo creo que es una película que va a gustar a todos aquellos que no tienen prejuicios para ver todo tipo de cine y se salen de lo que las Majors nos imponen. Espero que te guste y leer luego tu valoración.
EliminarLo del título un espanto, con lo fácil que hubiera sido traducirlo tal cual, pero en fin, ya estamos acostumbrados a esas cosas.
Un saludo
@tododesdemisofa
¡Muy buena entrada! La verdad es que me llama mucho verla aunque, al igual que tu, me quedo con el nombre original jajaja
ResponderEliminarGracias por el comentario Isabel, a ver si hay suerte y tiene buena distribución, si te gusta las películas con cierto toque indie yo creo que te va a gustar.
EliminarSaludos
@tododesdemisofa