Por fin y tras cierta incertidumbre ayer dimos el pistoletazo de salida a Nocturna 2016, un festival al que es imposible no cogerle cariño, no tiene el nivel de películas de Sitges, tampoco el ambiente gamberro y mandanguero de la Muestra Syfy, pero es ese festival chiquitito que lucha por sobrevivir, donde el ambiente es más familiar, la organización tiene un trato más cercano con todos y de una sesión a otra puedes viajar de un bodrio a la mayor sorpresa que nunca hubieras imaginado que te iba a gustar, es así, pero es nuestro Nocturna.