Director: Will Gluck
Reparto: Sydney Sweeney, Glen Powell, Gata, Hadley Robinson, Nat Buchanan, Dermot Mulroney, Michelle Hurd, Alexandra Shipp, Darren Barnet, Bryan Brown, Rachel Griffiths
Guion: Ilana Wolpert, Will Gluck
Productores: Will Gluck, Jeff Kirschenbaum, Joe Roth
Montaje: Tia Nolan, Kim Boritz Brehm
Fotografía: Danny Ruhlmann
Música: Este Haim, Christopher Stracey
Producción: Sony Pictures Releasing, SK Global, Fifty Fifty Films, RK Films, Olive Bridge Entertainment
Es habitual hablar de géneros más valorados y otros más olvidados dentro de la industria del cine, el drama siempre será el gran triunfador a la hora de ganar prestigio mientras otros como el terror son ninguneados habitualmente por la crítica mientras conservan una salud envidiable en taquilla, o la fantasía y la ciencia ficción que intentan resistir con dificultad más allá de las grandes sagas y franquicias, pero si hay un gran olvidado dentro de los géneros olvidados este es la comedia romántica, anteriormente idolatrada en los años del screwball o creadora de estrellas hasta hace apenas un par de décadas, la romcom parece haber caído en desgracia al menos en la industria, reduciendo su producción al mínimo y con la idea general de que es un contenedor de aspirantes a estrellas que no llegan a dar el último paso y se refugian en un género menor.
Y sin embargo el público (como tantas y tantas veces) no para de llevar la contraria a crítica e industria, demostrando que el género no ha muerto y como ya ha sucedido en no pocas ocasiones provoca éxitos absolutamente inesperados (aún recordamos el pelotazo de Crazy Rich Asians).